Por: Claudia Zambrano Erazo.
La situación que afronta el departamento de Nariño por las fuertes lluvias, nuevamente nos pone en alerta y a las autoridades a correr para atender esta crisis que en regiones como la nuestra es sin querer exagerar ‘el pan de cada día’.
El problema radica en que siempre estas situaciones se atienden cuando las tragedias ocurren y no antes, cuando se debería trabajar y de esa manera prevenir los accidentes.
El pasado domingo un voluntario de la Defensa Civil, perdió la vida y no es la primera víctima mortal que nos dejan las lluvias, porque departamentos como Nariño, abandonados por el gobierno evidentemente tienen muchos problemas, déficit y riesgo y mucho más en los temas de vías e infraestructura.
En el balance preliminar que enviaron las autoridades desde el 15 de marzo hasta el 23 de abril del presente año ya se registran 1.528 familias damnificadas, además de viviendas destruidas, municipios incomunicados por la caída de puentes, cultivos arruinados por la granizada y docenas de personas evacuadas de sus hogares para prevenir una tragedia peor.
Además afirmaron que uno de los sectores más afectados es el corregimiento de San Gerardo, en el municipio de La Cruz, donde más de 800 personas permanecen incomunicadas debido al desbordamiento de la quebrada Bateros, Los municipios de San Pablo, Colón, La Cruz y El Tablón de Gómez, presentan pérdida de banca y deslizamientos en su red vial.
Se cuentan 117 puntos críticos, 23 acueductos con daños considerables, 1.800 hectáreas de cultivos perdidos, 8 puentes peatonales arrasados, 1.071 viviendas en riesgo, 39 destruidas y 11 centros educativos afectados.
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Por ahora las autoridades ya están actuando, la maquinaria está trabajando, los alcaldes entregando sus informes, el gobernador visitando los sitios y gestión de riesgo buscando la ayuda nacional para poder atender este critico momento que afrontamos, pero lo que realmente se debe hacer y pensar ahora que vienen las elecciones y que todos prometen mucho pero al final casi nunca cumplen es analizar que el trabajo de prevención es muchísimo más importante que el de acción. Es más, si desde el primer momento se hubiese atendido las denuncias por el peligro en la Panamericana, hoy en día no estaríamos fregados con el paso y a la espera de soluciones reales para sacar a Nariño del abismo en el que poco a poco lo están sumergiendo.

