Por: Carlos Álvarez
Un nuevo fenómeno político en Centroamérica. Es la región mas propensa a las dictaduras, pero también a las libertades en el Continente. Nos referimos a Nayibe Bukele presidente del Salvador, una república pequeña pero muy bella con una historia de los últimos 20 años convulsionada por una guerra civil de varios lustros y después del triunfo del Farabundo Martí, cuando se creía que iba a florecer la paz, degeneró en violencia criminal con bandas que implantaron el terror en las calles de la capital y los centros urbanos: las Maras constituidos en varios grupos como la mara salvatrucha o barrio 18 llegaron a arrodillar a la policía, en algunos casos con su complicidad.
Bukele está cuestionado internacionalmente por violación de los Derechos Humanos en una guerra frontal contra aquella delincuencia, confinados ahora en una cárcel construida expresamente para 40.000 presos. El presidente Petro hizo una fuerte crítica a las practicas de represión, rechazada por Bukele. Pero lo cierto es que goza de un altísimo beneplácito de la población llegando la aprobación a mas del 90 por ciento. Su ideología es bastante ambigua. En un principio se mostró de izquierda y luego pasó en la práctica a un autoritarismo que lo acerca a un fascismo sin ser fascista o cosa parecida.
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El problema se constituye no solo para El Salvador sino para toda América de hecho ya convulsionada por los acontecimientos en varios países como México, Perú y otros. También en el Ecuador las cosa no pintan bien para el presidente Lasso después del revés electoral frente al correísmo.
Bukele prepara su reelección en contra de la constitución que solo permite un solo período, pero tiene una Corte Suprema de bolsillo después de destituir a los magistrados en ejercicio. Es suma , es un autoritarismo suigéneris con un tremendo apoyo popular por encima de violaciones a los DH