Camila León Coral

Ya llega la Navidad

No se puede hablar de la Navidad sin considerar la reunión familiar, la decoración navideña, los regalos, a pesar de la situación vivida por el Covid-19, los conflictos y la extrema pobreza en Colombia, cuando llega Navidad el optimismo, la esperanza, y los valores como la generosidad, la solidaridad y la paz, se apoderan de todos nosotros.

A eso llamamos el espíritu Navideño, una fiesta que nos permite renacer, tocarnos el corazón y preocuparnos por los demás, estar en familia y amigos en armonía.

La navidad nos hace sentirnos más cercanos a los demás y recuperar ese sentido infantil que algunos dejamos a un lado el resto del año. Y que mejor forma de hacerlo que reunir a toda la familia para celebrar el nacimiento de Jesús.

Para unos Navidad es tiempo de reposo, descanso, vacaciones, en cambio otros deben trabajar más de lo acostumbrado porque algunos de sus compañeros se fueron de vacaciones a «celebrar la navidad». Algunos llenan sus casas de luces y las calles y parques de la ciudad, se ven hermosos con coloridos que anuncian gozo y alegría, mientras otros ni siquiera tienen energía eléctrica.

Muchos preparan una gran cena en la noche de Navidad, es un banquete especial, mientras muchos otros no tienen un pan. En Navidad se ve a muchos niños reír, abriendo sus regalos y gozando de sus juguetes, pero también he visto a muchos niños llorar, porque no tienen un juguete.

Así que los invito a ser más empáticos con los demás, con los que no tienen las mismas comodidades y tal vez la estén pasando mal, si tenemos la posibilidad de ayudar de dar un mercado o brindarle una sonrisa a un niño con un juguete hagámoslo.

A parte de todas las luces, los regalos y la comida, navidad es el momento del año que nos invita a renovar nuestros sentimientos, aflora un sentimiento de esperanza y la iniciativa de realizar actos y rituales para que nos vaya bien y más cuando hemos superado un año tan complejo con la pandemia, lleno de cambios y desafíos.

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Un año en el que un virus que no podemos ver nos enseñó que como seres humanos somos frágiles y vulnerables, nos hizo recuperar esa sensibilidad de la que estamos hechos y nos hizo recordar que lo material no lo es todo, que más importante es tener a nuestros seres queridos con vida y con salud.

A demás de la esperada celebración decembrina, es tiempo de reconocer los aprendizajes, duros e implacables para unos más que otros, que nos recuerdan que somos una especie con resiliente con capacidad de adaptación y de afrontamiento de las circunstancias, por adversas que sean.

Los invito en este tiempo a apreciar la unión familiar, los amigos, a ser más generosos con quien lo necesite y a reflexionar sobre que podemos mejorar como personas, como padres e hijos.

Por: Camila León Coral.