Chucho Martínez

Visita del Presidente

Por: Chucho Martínez

Ante cierto desazón de algunos paisanos por la falta de “anuncios” del presidente en su última visita hay que hacer algunas reflexiones: esto ocurre porque prevalecen los intereses subalternos de algunos paisanos, especialmente de los autoproclamados líderes regionales que llevan a la desorganización social y falta de criterios unificados para enfrentar los nuevos tiempos; por cierta abulia intelectual para reflexionar sobre los temas de fondo que podrían contribuir a superar los precarios indicadores de desarrollo regional, pues todo se queda en información añeja y lugares comunes, tal vez porque nada ha cambiado, por eso, sirve más la casuística y el anecdotario para sustentar candidaturas o acercamientos al efímero poder oficial; y porque el centralismo sigue valorando más los polos de desarrollo tradicionales y  “su gobernabilidad”. De esta manera, otra vez quedamos en manos del laissez faire del dejar hacer dejar pasar, creyendo que nuestro progreso es un problema de los gobernantes o del centralismo y no de nuestras ideas y capacidad de movilización. Con el agravante que ni siquiera exigimos rendición de cuentas reales a los elegidos y nombrados, menos comprometernos con los mecanismos de participación ciudadana como lo ordena la Ley 134 del 94.

«El presidente, busca un nuevo contrato social, dialogando con las comunidades, como una nueva forma de gobernar, esta vez con las Jac, que esperamos sean revisadas para que dejen de ser correas de transmisión de la politiquería».

Muy pocas de las 1.300 iniciativas presentadas en Nariño en los Diálogos Regionales Vinculantes responden a las propuestas de agroindustrialización que el presidente formulara en 2 ocasiones. La última vez ante las Juntas de Acción comunal con las que se comprometió contratar las ollas comunitarias para dar alimento a los pobres, el mantenimiento de vías campesinas y la reforma agraria.

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Desde esta modesta esquina de la opinión libre hemos insistido en que nos pongamos de acuerdo sobre lo fundamental sin encontrar eco en el gobierno, en gremios y ni siquiera en el Pacto Histórico que debería estar liderando la ruptura y el cambio en el destino de Nariño. A juzgar por los discursos del presidente, nadie de Nariño le habla al oído, no obstante que el presidente busca un nuevo contrato social al estilo Rousseau, dialogando con las comunidades, como una nueva forma de gobernar, esta vez con las JAC, que esperamos sean revisadas en su comportamiento para que dejen de ser correas de transmisión de la politiquería heredada del Frente Nacional.

Rayón: Premio al alcalde, el más abucheado del país.