Francia Márquez, candidata vicepresidencial.

La Vicepresidenta pide investigar unaberrante hecho de violencia sexual

En un episodio que en estos momentos causa conmoción y repudio general en el país, una familia habría sido víctima de violencia sexual, originada por un aberrante caso de racismo.
Por esa razón, la vicepresidenta de la República, Francia Márquez en las últimas horas urgió al Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, investigue hasta sus últimas consecuencias este posible suceso de violencia sexual y racismo en contra de una familia afrodescendiente residente en el municipio de Paya, en el departamento de Boyacá,
«El racismo mata, daña familias y sociedades. Rechazo absoluto a todo tipo de violencia racista, es nuestro compromiso luchar contra este flagelo, que existe con fuerza en nuestro país y no nos permite vivir en paz y dignidad. Solicito a la Fiscalía investigar este caso», dijo Márquez en su cuenta de Twitter referenciando la historia.
La vicepresidenta de la República, se mostró indignada por la historia que le fue relatada, motivo por el cual, urgió a la Fiscalía General de la Nación a que lleve la investigación de estos hechos hasta sus últimas consecuencias.
“Un hecho tan terrible y de tanta crueldad en contra de los niños no puede quedar en la impunidad, enfatizó Francia Márquez.


Los hechos


Los hechos ocurrieron en el corregimiento de Morcote, donde una familia conformada por una madre y sus dos hijos de cinco y nueve años habrían sido víctimas de racismo y luego, los menores, de todo tipo de violencia y abuso sexual en la Institución Educativa El Rosario del municipio de la Paya.
La madre, Kerlin Murillo Mena, que trabajaba en este colegio como profesora de inglés, contó a la Revista Semana que, «nos atacaron por pertenecer a la población negra y afrodescendiente. Por la pigmentación de nuestra piel fuimos agredidos de todas las formas, hasta el punto de que mis hijos fueron abusados sexualmente”.
Un terrible relato
En su relato cuenta cómo sus dos hijos habrían sufrido todo tipo de violencia, incluida de tipo sexual.
«Comenzaron por echarle orín en la boca a Keiner, el de preescolar. A meterle el pene en la boca, lo accedían carnalmente metiéndole el pene en su ano y le golpeaban. En una de las agresiones, cuando el niño no quería dejarse, le amarran el pene con una cabuya y lo tiran. Aún dice que le duelen los testículos. Lo subían a la parte alta del tobogán para tirarlo al vacío, ocasionándole una fractura en el cráneo que hasta hoy persiste. Ha deteriorado el proceso cognitivo de mi hijo».
Al respecto, la angustiada madre señaló que su hijo vivió una terrible pesadilla por cuenta de esa violencia desatada, la que atribuyó a un hecho de racismo en contra de su familia.
La publicación indicó haber contactado al rector del colegio, Jorge Humberto Cuy Niño, «quien negó las acusaciones de Murillo, al tiempo que calificó como “blasfemia” las acusaciones en contra suya por direccionar ataques para perjudicar a los menores», dijo la revista.
Se espera entonces la investigación que adelanten las autoridades sobre este caso posible racismo, abuso y violencia sexual contra una familia afrodescendiente.

Una pesadilla


La docente de Inglés, Kerlin Sugey Murillo Mena, oriunda del Chocó, cuenta que llegó al municipio de Paya (Boyacá), huyendo de la violencia, pero lamentablemente en esa zona del país se enfrentó junto a sus dos hijos al racismo, matoneo y presuntos abusos sexuales.
“Fuí nombrada para prestar mis servicios en Paya en el corregimiento de Morcote en la Institución Educativa El Rosario. Cuando incursione en la comunidad indígena fuímos bien acogidos, pero cuando se levantó las medidas de la emergencia sanitaria nos vemos obligados a la presencialidad y allí no les caí bien ni a mis compañeros ni a mi jefe por ser negra afrodescendiente”, cuenta la profesora Murillo Mena.
Narra que sufrió acoso laboral a lo cual no le prestó atención, pero se incrementaron los rechazos y malos tratos frente a los estudiantes. “El rector le decía a los estudiantes que nos les hiciera caso ni se acercaran a esos micos”.
Según Kerlin Sugey, en el momento que comenzaron a agredir a sus dos hijos le tocó denunciar el racismos y discriminación ante la inspección de Policía de Morcote.
“Posteriormente me tocó denunciar ante la Comisaria de Familia y la Personería porque estaban agrediendo a mis hijos los mismos estudiantes de básica primaria”, narró.
Agresiones a granel .
Dice la docente que las agresiones a sus hijos fueron físicas, verbales y sexuales. “Me tocaba llevar constantemente los niños a centros de salud donde eran atendidos por la doctora que ante tanta situación, la médico tuvo que activar la ruta de atención integral para caso de bullying, violencia de género y sexual porque la institución hacía caso omiso a todo lo que estaba manifestando de forma verbal y por escrito”.
La profesora Kerlin dice que todos los ataques era dirigidos por el rector Jorge Humberto Cuy Niño. “Hay testigos de las agresiones contra mis hijos”.
Revista Semana, que desarrolló la investigación de este caso, muestra fotografías de los hijos de la docente con golpes y heridas, al parecer, propinados por otros niños de la institución.
Finalmente, la profesora Kerlin y sus hijos se encuentra en el municipio de Chita (Boyacá) donde, al parecer, dice la docente comenzó el matoneo contra uno de sus hijos.

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