Por: Claudia Zambrano Erazo
“Me reportaron que lo encontraron sin vida y estamos esperando los resultados de Medicina Legal, para que, a partir de ahí, el CTI, que asumió la investigación, determine las circunstancias de este hecho en Puente Aranda”, dijo el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, brigadier general Carlos Fernando Triana, cuando se refirió a la muerte de Juan Pablo González, en la URI de Puente Aranda en Bogotá, el sujeto señalado de agredir sexualmente a Hilary Castro, de 17 años de edad, en inmediaciones de una estación de Transmilenio.
Nuevamente la Justicia de este país tiene una deuda pendiente con las mujeres y en este caso menor de edad. Lo que vivió la noche del pasado 31 de octubre la joven Hilary Castro es un hecho alarmante y no solo porque fue víctima de abuso sexual, sino que las autoridades de Colombia no pudieron hacer justicia y quedo ese sin sabor de que en este país el violentar a una mujer no se paga.
Tal vez se cumplió con la captura la cual lastimosamente se dio gracias a que esta joven valiente hizo la denuncia a través de redes sociales, porque la verdad según ella misma narró las autoridades no quisieron escuchar su tragedia y su caso, se excusaron con que era menor de edad y por último con que era demasiado tarde y su caso no era de urgencia.
Fue solo cuando su situación se hizo viral en internet y los grupos de feministas atacaron las estaciones de Transmilenio, rayaron buses y quebraron ventanas cuando las autoridades y la Fiscalía se dieron cuenta que tenían que actuar, lo increíble es que solo unas horas más tarde el sospechoso estaba identificado y cuatro días después fue capturado.
Sin embargo, lo vergonzoso del caso es que Juan Pablo Gómez González ya había sido detenido por acosar a mujeres en el transporte y por tocarse los genitales en público, pero había sido dejado en libertad y aún no sabemos porque este hombre que representaba un peligro para la sociedad estaba libre. “El capturado por abusar de Hilary ya había sido capturado por actos sexuales obscenos. La comunidad lo denunció, la Policía lo capturó. Un fiscal de turno lo dejó libre. Diez días después abusó de Hilary. La impunidad es el eslabón perdido de la seguridad”, escribió la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
El pasado domingo, cuando este hombre estaba a punto de ser enviado a prisión, apareció muerto y lo que al principio fue un presunto suicidio, hoy se investiga un posible asesinato, que nadie sabe cómo paso y del cual no se conoce la verdad porque como aseguró el comandante al principio de este comentario la investigación está en manos del CTI. Hoy el crimen contra Hilary Castro quedó impune y nosotras como mujeres solo esperamos que este sea el último.

