Juan Quintero sigue esperando justicia casi cinco años después de haber sido drogado y robado en un hostal del barrio Palermo, en Bogotá, tras una cita acordada a través de una aplicación. El 30 de mayo de 2020, acudió al encuentro con César Andrés Rivera Méndez, quien le ofreció una bebida que, según relata, contenía una sustancia extraña. En pocos segundos perdió el conocimiento y luego despertó desorientado, sin su celular y con notificaciones de transacciones por más de siete millones de pesos.
Pese a que interpuso una denuncia y entregó evidencia recolectada por su cuenta, Juan afirma que su caso ha sido manejado con negligencia por parte de la Fiscalía. El agresor, Rivera Méndez, fue recientemente capturado e imputado por varios casos similares contra personas de la población LGBTIQ+, pero la denuncia de Quintero no ha sido incluida entre las reconocidas por las autoridades.
Investigación independiente y silencio institucional
La víctima asegura que tuvo que presionar a bancos y establecimientos para obtener imágenes que confirmaran la identidad de su agresor. Aunque ha presentado estas pruebas, no ha recibido respuesta sobre el avance del proceso. Rivera Méndez fue enviado a prisión por ser considerado un peligro para la sociedad, tras múltiples denuncias por intoxicación con sustancias veterinarias y robo.
Hoy, Juan exige que se le reconozca como víctima en este proceso y que su caso no quede impune, luego de casi cinco años de lucha individual frente a un sistema judicial que, asegura, no lo ha escuchado.

