Desde el año 1969 se han venido evaluando y planeando las alternativas para la construcción de la carretera Popayán – Pasto, sin que hasta la fecha se tenga algo claro. Esta es la única y más importante vía que conecta los departamentos del Cauca y Nariño. Son muchas las promesas que los gobiernos centrales le han hecho a nuestro territorio, en el mes de noviembre tuvimos la buena noticia de que el gobierno central inicio el proceso de contratación de esta importante vía, sin embargo, eso fue una mentira, este proceso se estanco por no tener recursos para su financiación.
Los problemas que enfrenta Nariño no son causados solamente por su ubicación geográfica, sino también por problemas sociales, alteraciones del orden público, innumerables paros, falta de voluntad política, problemas ambientales y la afectación por fallas geológicas e inestabilidad de taludes. Hoy, nuevamente nuestro departamento esta sitiado, la vía Panamericana presenta unos derrumbes que impiden el paso hacia el centro del país, lo mismo pasa con la antigua vía al norte. Estamos sin combustible, sin poder sacar la leche, la papa y los diferentes productos que se dan en nuestra tierra, nuevamente nuestros trasportadores se encuentran haciendo campamentos en los puntos de bloqueo. ¡Realmente es muy triste esta realidad! ¡En lo que resta de este gobierno central nos tocó seguir escuchando mentiras!
Nuestro departamento necesita la solidaridad del actual gobierno, necesita de esa inversión social para ayudar a resolver innumerables problemas que tenemos, ojalá el presidente Gustavo Petro aterrice su discurso y empiece a materializar las promesas que hizo en campaña. Ya la sociedad esta fastidiada del desconocimiento y la corrupción que hay en su mandato. Es importante que él entienda, que para gobernar y tomar decisiones se debe analizar los requisitos técnicos, financieros, jurídicos, sociales, entre otros. La conclusión de esta columna es que nos quedamos sin vía PASTO – POPAYAN, esperemos que la próxima campaña presidencial traiga como bandera esta eterna promesa que difícilmente veremos ejecutada.