Polémica por el «golfo de América» y tensiones con la prensa tradicional
Una corte de apelaciones en Washington dio luz verde al gobierno del presidente Donald Trump para seguir excluyendo a la agencia de noticias Associated Press (AP) de determinados eventos presidenciales, mientras avanza el proceso judicial iniciado por la propia agencia.
La decisión se produce tras una disputa entre la AP y la Casa Blanca, originada por la negativa de la agencia a acatar una orden ejecutiva de Trump que rebautiza el golfo de México como «golfo de América». En respuesta, la AP fue excluida desde febrero de coberturas clave, incluyendo el despacho oval y el avión presidencial Air Force One.
Libertad de prensa en juego
Aunque un juez federal falló en abril que dicha exclusión violaba la Primera Enmienda de la Constitución de EE. UU., que protege la libertad de expresión y de prensa, el reciente fallo de apelación sostiene que los «espacios presidenciales restringidos» no están protegidos bajo ese principio.
«La Casa Blanca se reserva la facultad discrecional para determinar, incluso basándose en su punto de vista, qué periodistas serán admitidos», indicó el fallo judicial. Además, argumentó que la suspensión de la medida podría causar «daño irreparable» al control del presidente sobre sus espacios de trabajo privados.
Trump celebra la decisión y arremete contra «noticias falsas»
Trump celebró el fallo como una «gran victoria frente a AP», acusando a la agencia de «negarse a revelar los hechos sobre el golfo de América». El mandatario ha intensificado su guerra con los medios tradicionales desde su regreso a la presidencia en enero, favoreciendo la cobertura por parte de podcasters e influencers conservadores.
La AP se mantiene firme
Fundada en 1846, la AP emplea a más de 3.000 periodistas en todo el mundo. En su manual de estilo, sostiene que el nombre «golfo de México» tiene más de 400 años de historia y que seguirá utilizándolo, aunque reconozca el cambio impuesto por Trump.
Restricciones a los medios y reestructuración del acceso
La administración también retiró recientemente a los periodistas el derecho de decidir quiénes integran el grupo de cobertura de eventos presidenciales, una práctica que se mantenía desde hace casi un siglo.
Además, ha presionado para desmantelar medios financiados por el gobierno como Voice of America y Radio Free Europe, y busca retirar fondos públicos a NPR y PBS. Mientras tanto, la portavoz Karoline Leavitt afirmó que el gobierno seguirá ampliando el acceso a «nuevos medios» para lograr una cobertura más «transparente».

