Preocupación, inconformidad y malestar generalizado expresan los habitantes del barrio Santa Clara, en la ciudad de Pasto, debido a una problemática que se ha vuelto recurrente en los últimos días: la quema de cable en espacios públicos, al parecer por parte de una persona en condición de calle, con el propósito de extraer el cobre contenido en los recubrimientos.
Contaminación
De acuerdo con los testimonios recogidos por los vecinos del sector, esta actividad ilegal se realiza a plena luz del día y genera densas columnas de humo negro con un olor penetrante a plástico quemado, afectando directamente la calidad del aire que respiran los habitantes y convirtiéndose en un riesgo para la salud pública. La situación se presenta en inmediaciones de un parque donde funcionan canchas sintéticas frecuentadas por niños, jóvenes y deportistas, quienes también se ven perjudicados por la contaminación generada.
Los residentes aseguran que la quema de materiales ocurre de forma frecuente y sin control, lo cual ha incrementado la molestia entre las familias del sector. Algunos temen incluso que este tipo de prácticas pueda desencadenar un incendio de mayores proporciones, debido a la cercanía con viviendas y estructuras vulnerables. La comunidad también ha señalado que la persona involucrada no solo incinera cable, sino que permanece en la zona durante varias horas, lo que ha generado una sensación de inseguridad entre quienes viven cerca.
Solicitudes
Richard Perenguez, líder comunitario del barrio Santa Clara, elevó una solicitud formal a las autoridades municipales, incluyendo la Policía Metropolitana de Pasto, la Secretaría de Gobierno y entidades ambientales como Corponariño, para que se realice una intervención urgente en el lugar. “Los vecinos ya no aguantan más esta situación. El humo es insoportable, hay niños que presentan alergias y adultos mayores con afecciones respiratorias. No podemos permitir que esta práctica se normalice en un barrio residencial. Necesitamos controles permanentes y una solución definitiva”, expresó.
Además de los daños ambientales y de salud, algunos residentes denuncian que existe una cadena ilegal de comercialización del cobre extraído, lo que estaría incentivando este tipo de conductas. Aseguran que el material recuperado estaría siendo vendido, y que incluso otras personas podrían estar implicadas en esta práctica que, aunque inicialmente parece aislada, estaría creciendo con la permisividad que otorga la falta de acciones contundentes.
Prevención
Frente a esta situación, la comunidad también ha propuesto la instalación de cámaras de seguridad, jornadas de limpieza y la recuperación del espacio público, con el fin de desalentar el uso inadecuado de estas zonas comunes y garantizar la seguridad ambiental y ciudadana del barrio. Mientras tanto, siguen a la espera de una respuesta institucional que permita frenar de raíz esta problemática que pone en riesgo la tranquilidad, la salud y la integridad de una comunidad que reclama respeto por su entorno y protección por parte del Estado.

