Su regreso a Tumaco se convirtió en un acto de reivindicación: la mujer afro que brilla en las pasarelas globales volvió a su territorio para celebrar sus raíces y recibir la Medalla Grado Comendador.
El nombre de Valentina Castro ya circula con naturalidad en las semanas de la moda más importantes del planeta. Desde París hasta Nueva York, muchos la presentan simplemente como “la modelo colombiana del momento”. Pero en Tumaco su verdadera raíz la recuerdan como la niña de trenzas que corría por las calles de Las Lajas y soñaba con un mundo que parecía demasiado lejos. Ese mismo mundo que, años después, terminó abriéndose ante ella.
Cuando Valentina regresó a su territorio, lo hizo con la conciencia plena de lo que significa volver siendo un símbolo para miles de niñas afro del Pacífico. Su visita no fue una anécdota pasajera: fue un gesto profundamente político y emocional. En su tierra, entre su gente, recibió la Medalla Grado Comendador, un reconocimiento que no solo celebra su trayectoria, sino que reivindica el valor del Pacífico nariñense en el mapa cultural global.