Cuando concluye una obra de teatro, bien sea un drama, sainete o zarzuela. Los nariñenses cerrando con broque de oro nuestras fiestas tradicionales, que nos proporcionaron grandes e inolvidables momentos de esos reencuentros con familiares, allegados y amigos; muchos de ellos llegados del interior del país y otros, por fuera de las fronteras patrias.
En las prolongadas tertulias de las noches decembrinas o de comienzo del nuevo año, afloraron aquellos viejos recuerdos, que disfrutamos en nuestra infancia, adolescencia y aún de nuestra edad madura. Compaginando todas aquellas bellas experiencias que nos ha deparado la vida a lo largo de los años.
Degustamos los exquisitos platos típicos regionales, epicentro de múltiples invitaciones a nuestros hogares o a aquellos restaurantes, cafeterías, bares y discotecas. En donde los paladares más exigentes, se complacieron con la gastronomía de nuestras mujeres nariñenses.
Que se complementaron con aquellos afamados hervidos a base de canelazos bien cargados con el Aguardiente Nariño, adicionándoles zumos de lulo, mora o maracuyá, que le dan ese toque aromático y calientico, que empieza a motivar nuestro cuerpo, para hacerle frente a las frías noches, en el sur del país.
Enaltecer a nuestros artesanos, músicos, gestores culturales, historiadores, maestros de las artes plásticas y pintores, obreros y trabajadores, quienes con sus magníficas obras, como las murgas, comparsas, disfraces individuales, los grupos danzantes y las monumentales carrozas, le dan vida cada año a nuestro Carnaval de Negros y Blancos, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, declarado por la Unesco, de las Naciones Unidas, el 30 de septiembre de 2009.
Felicitar a Corpocarnaval, bajo la dirección de Andrés Jaramillo y su grupo de trabajo, por la excelente organización de las distintas programaciones atípicas, porque debíamos proteger y salvaguardar la vida de todos los asistentes. Sus funcionarios nos exigieron la presentación del certificado de vacunación contra el Covid-19 y la correspondiente identificación personal, para poder ingresar a todos los eventos programados. La intensa ola invernal hizo demorar la apertura de los mismos.
La mayoría de los alcaldes municipales de Nariño, no se quedaron atrás en sus programaciones de nuestras fiestas, porque en los días culmen del Carnaval, contrataron a las afamadas orquestas regionales, siendo su prioridad y luego, la presentación en sus tarimas de afamados cantantes y agrupaciones musicales nacionales y extranjeras, que llenaron las expectativas de los nariñenses.
Debo destacar que el 24 de diciembre me llamó el licenciado Nelson García Viveros, gerente de Cootranar, hombre cívico y directivo del Deportivo Pasto, manifestándome:
“Jorge Enrique quiero saludarlo, desearle una feliz navidad y agradecerle la hospitalidad que nos brindó en Salinas, porque su empresa fue la Sede de nuestra Comisión de Fútbol de Pasto en 1991.
Usted nos enseñó a ser dirigentes deportivos, cuando la conformamos con los doctores Jaime Torres Enríquez y Raúl González, Bayardo Velasco Montenegro, Luis Alberto Santacruz, Franco ‘El Tostao’ Ojeda y Orlando Rodríguez”. Ahora que esta en Pasto, lo invito a mi oficina para recordar viejos tiempos y tomarnos un tintico”.
Le agradecí su deferencia y ahora sí, que caiga el telón, para que juntos sigamos apostándole lo mejor por la Tierra que nos vio nacer.
Por: Jorge Enrique Tello Chávez

