UNA VIGILANCIA NECESARIA

EDITORIAL

Cuando ya estamos muy cerca de las elecciones para el Congreso de la República (Senado y Cámara de Representantes), nos parece acertada la determinación de las autoridades electorales en el sentido de ejercer una vigilancia especial de este proceso y el de los comicios presidenciales, en nuestro departamento de Nariño.

Un antiguo refrán expresa que “guerra avisada no mata soldado” y en ese sentido, tenemos que decir que son numerosas las alertas tempranas que se han lanzado sobre esta región sur del país, de cara a las elecciones.

No es para menos, puesto que, desde comienzos de este año, Nariño ha sido escenario de toda clase de episodios de violencia, en especial en lo que tiene que ver con la costa pacífica.

En ese sentido, recordamos el gigantesco episodio de desplazamiento que todavía se afronta en la región conocida como el Triángulo de Telembí que comprende los municipios de Roberto Payán, Magüí y Barbacoas, donde miles de personas, entre ellas muchos niños, afrontan circunstancias bastante difíciles. Se trató de un desplazamiento que fue catalogado entre los más grandes del país, al lado de la situación que se presentó en Ituango.

 

«Un antiguo refrán expresa que “guerra avisada no mata soldado” y en ese sentido tenemos que decir que son numerosas las alertas tempranas que se han lanzado sobre esta región sur del país, de cara a las elecciones».

 

De allí esas alertas tempranas de cara a las elecciones que hoy se registran en nuestro departamento de Nariño y que, como es lógico suponerlo, preocupan bastante a las autoridades electorales.

Se trata de una situación que a nosotros también nos inquieta bastante, puesto que sabemos muy bien que esos episodios de violencia que nos han afectado durante el año, están directamente relacionados con el accionar de grupos armados al margen de la ley.

Dolorosamente tenemos que decir que en ese sentido, zonas de Nariño, como la costa, son un semillero para estas organizaciones ilegales, entre las que se entremezclan disidencias de las Farc, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional Eln y naturalmente, las bandas que se disputan con los anteriormente mencionados, las altas ganancias, que deja el negocio del narcotráfico.

Entonces, tenemos que decir, que cuando tenemos las elecciones legislativas, a la vuelta de la esquina, Nariño aparece como una de las regiones del país, donde se han detectado los mayores riesgos electorales con miras a los comicios del próximo año.

De allí que no hay discusión en torno a los operativos especiales que de manera obligada se tienen que llevar a cabo por parte de las autoridades, en especial en la zona costera, foco de los mayores hechos de violencia.

Se trata de unas acciones que de manera obligada tienen que realizarse como la única forma de que en esos puntos de la geografía nariñense se puedan desarrollar unas elecciones en paz y con total normalidad, en las que no manden las amenazas e intimidaciones de los violentos.

Por lo tanto, ahora esperamos que esos operativos comiencen a la mayor brevedad posible y que, por lo tanto, se haga cierto que las elecciones que se avecinan serán las más vigiladas en la historia del departamento de Nariño.  

De allí que saludemos con alegría el informe de la Registraduría, en el que se informa que representantes de diversos organismos nacionales, así como extranjeros confluirán en el departamento de Nariño, para vigilar las elecciones al Senado, la Cámara de Representantes y a las curules de la paz, así como los comicios a la Presidencia de la República.

Ahora que las nombramos, sabemos que las curules de paz serán votadas en 16 municipios de Nariño, 11 de la costa y 5 de la cordillera, los cuales precisamente fueron los más afectados por el conflicto armado, lo que también requerirá en esas regiones una atención especial para garantizar que no se vayan a presentar episodios de alteración del orden público. Ojalá la vigilancia sea positiva para disfrutar de unas elecciones en paz. 

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