Editorial Diario del Sur

UNA TRAGEDIA QUE NO DEBE REPETIRSE

Escribimos esta nota editorial en medio de un profundo dolor y una gran consternación ante la tragedia vial presentada en la madrugada del sábado en la vía Panamericana, en inmediaciones del municipio de Chachagui, hecho que hasta el momento registra un nefasto saldo de 20 personas muertas y 14 heridas.

Nos referimos a un episodio nefasto que hoy enluta a numerosas familias de Nariño, así como del Valle del Cauca y otras regiones del país a consecuencia del accidente de un bus de servicio interdepartamental que cubría la ruta entre Tumaco y Cali, el cual se constituye en una desventura que no debe repetirse jamás.

En ese sentido, nos sobrecoge el haber conocido las declaraciones de algunos de los pasajeros que sorevivivieron quienes señalaron que segundos antes del accidente una señora le gritó al conductor del bus, que disminuyera la velocidad, puesto que iba muy rápido a lo que el motorista le contestó que esto era imposible puesto que se había quedado sin frenos.

Nos imaginamos entonces, el terror que debe haberse asentado en los corazones de los viajeros, poco antes del accidente que hasta al cierre de esta edición, les había arrebatado la vida a 20 personas.

Esa aseveración del motorista del bus, es la que nos inquieta sobremanera. ¿Cómo es posible que el vehículo se haya quedado de repente sin frenos? Sabemos que esas cosas pasan, pero que pasa con la revisión técnico-mecánica, que de manera obligatoria se le debe hacer a los automotores que prestan servicio público. Lo cierto es que el conductor gritó que el bus se había quedado sin frenos, pero naturalmente habrá que esperar los resultados de las investigaciones que se realizan en estos momentos, para clarificar de manera certera, las causas que provocaron este mortal accidente.

Escribimos esta nota editorial en medio de un profundo dolor y una gran consternación ante la tragedia vial presentada en la madrugada del sábado en la vía Panamericana, en inmediaciones del municipio de Chachagui, hecho que hasta el momento registra un nefasto saldo de 20 personas muertas y 14 heridas».

Nos parece que la ocurrencia de este fatal suceso tiene de manera obligada que ser tomada como una máxima alerta, en lo que tiene que ver cuáles son los protocolos de seguridad, que se están aplicando en las diferentes empresas de transporte público en Nariño y en el resto del país ¿Se está cumpliendo con lo que debe ser una prolija revisión técnico mecánica, antes de que los vehículos sean despachados? ¿Es cierto que algunos de los buses y otros automotores son demasiados viejos para continuar en servicio?

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En realidad, son muchos los interrogantes que surgen luego de la tragedia que hoy nos sacude, por lo que es de esperar que las autoridades encargadas de hacer la respectiva investigación, entreguen un informe completo de las posibles causas que pudieron haber ocasionado este mortal accidente.

Esto es de transcendental importancia, puesto que no podemos olvidar que nos encontramos ya a las puertas de la celebración de las tradicionales fiestas de Navidad, fin de año y en nuestro caso, el Carnaval de Negros y Blancos, días en lo que la actividad del transporte terrestre, se triplica y hasta cuadruplica en el departamento de Nariño.

De esta manera, nos esperan intensos días donde las carreteras estarán abarrotadas y por lo tanto, como suele ocurrir en esas épocas, el riesgo para la ocurrencia de accidentes será bastante alto. Por ello, lamentablemente, a partir de este accidente del pasado sábado, las autoridades locales tienen la obligación de redoblar los operativos de control. En todos los terminales terrestres de Colombia, para garantizar la seguridad de los millones de pasajeros que en estos instantes se preparan para emprender sus viajes a diferentes destinos. Esto es una tarea que se cumplir de manera rigurosa, puesto que no queremos que la trágica historia que estamos viviendo se vuelva a repetir.