UNA CONDENA HISTÓRICA

Hace algunas horas la Justicia colombiana, vivió un episodio histórico con la condena de 58 años y tres meses de cárcel que le fue impuesta a Brayan Campo, por el feminicidio de Sofia Delgado, una niña de 12 años, asesinada de manera brutal, el pasado 29 de septiembre en el municipio de Candelaria, Valle del Cauca.

Nos referimos a una de las sentencias más severas que jamás se haya aplicado en el paìs, por esta clase de delito, la cual no dudamos, desde este mismo momento, se convertirá en un símbolo nacional contra la violencia hacia los menores de edad, un delito que lamentablemente se encuentra muy arraigado en Colombia.

Nos llena de satisfacción la condena a esta persona, quien seguramente morirá en prisión, pero consideramos que los colombianos tenemos un sabor agridulce, al pensar que este horripilante caso de homicidio se pudo haber evitado, puesto que el responsable ya había condenado a 10 años de cárcel por el abuso sexual a otra menor de edad.

Ante esto, lo que todos nos preguntamos, es cómo es posible que alguien con semejantes antecedentes, se le pudo dar la libertad para acto seguido, volver a ser protagonista de un abuso sexual y lo que es peor, de un infame asesinato.

SÍ, nos alegra que el asesinato de Sofía no va a quedar en la impunidad, puesto que sobre el confeso asesino cayó todo el peso de la ley, pero hoy, luego de esa histórica condena, hacemos un llamado para que la nuestra justicia revise con lupa todo lo referente a esta clase de delitos en contra de los menores de edad.

Lo que nosotros consideramos de carácter urgente, es que, así como se acaba de imponer una condena sin precedentes de 58 años de cárcel, se trabaje en la aplicación de políticas integrales de prevención y atención a los numerosos episodios de violencia que se vienen registrando en Colombia, basada en género.

El doloroso caso de Sofia Delgado, causó una enorme conmoción en el país, por lo que la condena que se acaba de emitir, fue lo que esperábamos los colombianos. Sin embargo, se debe aprovechar esta histórica coyuntura de la condena, para que el Gobierno Nacional y los entes de la Justicia, emprendan una acción conjunta cuyo objetivo sea la prevención del abuso sexual, la criminalidad y, el seguimiento y control a quienes las autoridades tengan reseñados como responsables de estos aberrantes hechos.

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En ese sentido, son más que alarmantes las estadísticas que viene manejando Medicina Legal en el país, en las cuales se indica que cada día en Colombia, al menos una mujer es víctima de feminicidio o intento del mismo, lo que nos ofrece un inquietante panorama sobre las condiciones de seguridad de las mujeres y de los menores de edad.

Por ello, el asesinato de la niña Sofia Delgado y la ejemplar condena a su asesino, deben sentar un precedente, para evitar que se siga engrosando esa terrible estadística que hoy asusta a los colombianos.

Es cierto que se cometieron errores en el caso del confeso responsable del homicidio, Brayan Campo y de ahí que le debemos dar la razón a la crítica que hoy se le hacen a la Justicia, que dejó libre a un reconocido abusador sexual, quien aprovechó esa circunstancia para perpetrar un espantoso asesinato.  Pero esa equivocación debe servir de experiencia para que no se perpetren más horrores en detrimento de nuestras mujeres y los menores de edad.