Jaime Goyes Andrade

Una buena reflexión

Por: Jaime Goyes Andrade

Muchas veces se nos presentan problemas en la vida, los cuales afectan nuestra convivencia con la familia. Lo cual no debería ser así. Debemos aprender a dejar los inconvenientes por fuera y no llevarlos ni a casa ni al trabajo.

Precisamente sobre este tema leí un cuento en el portal web ‘psicoemocionat’ titulado ‘Él árbol de los problemas’ el cual nos deja una muy buena reflexión.

“Un hombre se decidió a reparar una vieja casa que tenía en una granja. Entonces, contrató a un carpintero que se encargaría de todos los detalles.

Un día decidió ir a la granja, para verificar como iban todos los trabajos pero parecía no ser el mejor para el carpintero. Su cortadora eléctrica se había dañado. Después de repararla, un corte de electricidad en el pueblo le hizo perder dos horas más de trabajo. Ya finalizando la jornada, el pegamento que disponía no le alcanzaba para mezclar.

Después de un día tan irregular, ya disponiéndose para ir a su casa, el camión no le arrancó. Por supuesto, el dueño de la granja se ofreció a llevarlo.

Después de treinta minutos de recorrido llegaron a la casa del carpintero y lo invitó para que conociera a su familia. Mientras se dirigían a la puerta, el carpintero se detuvo frente a un árbol y tocó varias ramas con sus manos.

Cuando abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas y alegría. Sus hijos se lanzaron sobre él, le dio un beso a su esposa y lo presentó. Le invitó un refresco y una suculenta empanada.

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Ya despidiéndose, lo acompañó hasta el auto. Cuando pasaron nuevamente cerca del árbol, la curiosidad fue grande y le preguntó acerca de lo que había visto hacer un rato antes.

¡Oh!, ese es mi árbol de los problemas, contestó. Sé que no puedo evitar tener dificultades en mi trabajo. Pero una cosa si es segura: Esos problemas no pertenecen ni a mi esposa y mucho menos a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el ‘árbol de los problemas’ cada noche cuando llego. Luego en la mañana los recojo nuevamente, porque tengo que solucionarlos. Lo divertido es que cuando salgo en la mañana no hay tantos como los que recuerdo haber colgado en la noche.

El dueño de la granja se subió a su auto, meditando sobre la estrategia del carpintero para ser más feliz y evitar contaminar el hogar con los problemas laborales. Entonces se dijo, valió la pena el paseo de hoy”.

Email: goyesandrade@gmail.com