Ricardo Sarasty

Un semáforo en medio de un puente

Por: Ricardo Sarasty.

¿Qué hace un semáforo en medio de un puente? La importancia de los semáforos consiste en su función de reguladores del flujo del trafico en la ciudad. De su adecuada ubicación depende el ir y venir de los automóviles y peatones de manera segura, pues la debida atención a su funcionamiento evita accidentes con consecuencias funestas la mayoría de las veces. No por razón distinta la semaforización de las ciudades no puede obedecer a caprichos sino un estudio juicioso y diseño urbanístico. Pues, así como su correcta ubicación ayuda al ordenamiento del tránsito, la incorrecta o innecesaria presencia de estos en una calle puede generar caos y de ser un signo de seguridad pasa a convertirse en un objeto inútil generador de problemas.

Si se permite tomar la figura del  semáforo para explicar el papel de los partidos y movimientos opuestos al gobierno de turno en los departamentos, los municipios y el país, no es errado afirmar que de la oposición depende el que exista un correcto funcionamiento de las instituciones en pro de no permitir en ningún momento la parálisis de estas o lo que se llama en el trafico urbano trancones o tacos, que solo generan caos, descontento, inseguridad, problemas y accidentes que se pueden evitar con solo cumplir de manera correcta, como lo hacen los semáforos bien ubicados y en sin anomalías en su funcionamiento.

¿Para qué se ponen los semáforos? Pues como bien lo explican las autoridades de las que depende el bue orden del tráfico automovilístico, un semáforo cumple con la tarea de evitar los accidentes entre automotores, entre automotores y peatones o entre medios de transporte diferentes a los motorizados, personas y automóviles. El accidente se evita con solo atender y obedecer la señal en rojo iluminada en su momento para indicar que se debe para un momento y permitir el paso de los otros que atraviesan la vía por donde se va, en consideración de que tienen todo el derecho de poder ir en tal dirección. Pero antes de ponerse en rojo el semáforo, esta ha estado en amarillo, siendo el color amarillo el seleccionado, por convención universal, para advertir, alertar o preparar si quiere entender pre-pararar o parar antes, sí parar antes de que en el semáforo se encienda la luz roja. Una acción para la cual nunca se ha estado dispuesto en una sociedad en la cual lo acostumbrado es llegar al límite, pasarlo para después tener que contar porque fue que se tuvo que reparar, sanar, reponer el daño causado u obtenido gracias a que se tiene la convicción de que si estás donde está es porque nada ni nadie debe o puede detener ese ir que indica el color verde y por el cual no se puede parar cuando y en donde se desee, pues de hacerlo las consecuencias previsibles no puede ser sino lamentables como se han visto y se ven.

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La oposición como el semáforo puede y debe cumplir con una tarea de bastante significado en el correcto fluir del Estado en el que no todo lo que provenga de los gobiernos de turno se debe mover sin atender al momento y su necesidad. La posición bien se desempeñaría en su tarea si como los semáforos estuviera para prevenir, alertar frente a la existencia de un real riesgo ante el cual llama a parar unos segundos a la espera de que se supere para poder continuar el camino una vez la luz verde se encienda. No obstante, tal como se ve el funcionamiento de la oposición política en Colombia y otros países, esta parece estar ahí para hace lo mismo que un semáforo en la mitad de un puente de una sola vía, estorbar y provocar los accidentes. @Risar0