La obra “Un Mundo Sin Color” es una potente metáfora visual que retrata la transición desde un entorno gris, reprimido y silencioso hacia un escenario vibrante, lleno de libertad, color y expresión. Esta creación artística no solo ilustra un cambio estético, sino un despertar profundo, tanto individual como colectivo. En ella, el arte se convierte en un vehículo de transformación social, abriendo paso a nuevas formas de ser, de sentir y de habitar el mundo. A través de sus contrastes, se evidencia el impacto de recuperar la voz, la identidad y el derecho a expresarse, especialmente en contextos donde históricamente han primado la exclusión o la homogeneidad.
Cada trazo y tonalidad plasmados en “Un Mundo Sin Color” representa una conquista simbólica: la defensa de la diversidad, el florecimiento de la creatividad y el surgimiento de nuevas esperanzas. En este universo reconstruido por el arte, las emociones, los sueños y las diferencias son no solo bienvenidas, sino necesarias. La obra invita al espectador a reflexionar sobre su propio papel en la transformación del entorno y a reconocer el poder del arte como herramienta de cambio, inclusión y resistencia en comunidades como la de Pasto, donde la cultura se erige como fuerza viva de evolución y conciencia.

