Para los católicos octubre tiene una connotación bien particular, pues en este mes confluyen varios elementos muy arraigados.
- Mes de las misiones
San Pablo VI recordaba que “La Iglesia es por naturaleza misionera” y que “ella existe para evangelizar”.
Octubre nos recuerda a los cristianos que seguir a Jesús no es solo asunto del fuero íntimo, privado e individual; el encuentro con Él nos inserta en una comunidad (la Iglesia) y nos da un propósito de vida (misión).
No se trata de proselitismo sino de compartir la alegría de lo que ha significado la relación personal y comunitaria con Jesús; es testimoniarlo con las palabras y las obras.
Hay muchos niveles en la misión: el más radical, dejarlo todo para dedicar la vida entera a ir por distintos lugares anunciando a Jesús. Pero se es misionero también cuando los valores del evangelio se comparten en la casa, constituyéndose en el baluarte sobre el cual se enseñan los valores de vida; se es misionero cuando se vive coherentemente en las relaciones de amistad, en la sociedad y con ello se anuncia que el evangelio nos hace mejores seres humanos. Y se es misionero cuando se apoya material y espiritualmente a los que van por el mundo llevando el mensaje de Jesús.
- Mes del Rosario
Esta oración tan antigua tiene muchísimo valor. Las decenas de aves marías y demás que incluimos allí no es una simple “repetición de la repetidera” como suelen decir coloquialmente. Se va hilvanando una cadena de jaculatorias como resultado de una metodología de tradición espiritual milenaria (otras antiguas religiones también repiten permanentemente plegarias), con el fin de ir haciendo resonancia en el corazón y en el alma de lo que se dice.
Contrario al creer popular, el Rosario no se hace a María, sino con María. Es profundamente cristológico. El ave María se inspira en varios textos bíblicos y va recorriendo diferentes misterios de la vida de Jesús: los gozosos, la entrada del Hijo de Dios en la historia humana; los luminosos, la vida pública de Jesús; los dolorosos, su Pasión y muerte; y los gloriosos, su Pascua, su Resurrección. Todo ello lo hacemos de la mano de María, que siempre nos lleva a Jesús.
- Mes del sínodo
Y como ya lo hemos dicho en anteriores artículos, el Papa ha convocado este mes el incio de la jornada sinodal, para escuchar a los más posibles, en el deseo de hacernos tomar conciencia de que como Iglesia caminamos juntos.
El 10 de octubre será la apertura en Roma y el 17 en las diócesis del mundo. Ojalá no nos quedemos al margen. Habrá muchas ventanas para expresarse.
Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro

