En un rincón de la ciudad, donde la esperanza y la resiliencia se entrelazan, existe un lugar donde los sueños de niños y niñas de bajos recursos cobran vida. El club de taekwondo «Más y al Güey», liderado por la incansable Jenny Pozo Marcillo.
Con tres años de trayectoria, esta fundación sin fines de lucro ha logrado lo que parecía imposible: formar ciudadanos integrales, líderes y responsables, en medio de la adversidad. La licenciada en Educación Física y cinturón negro, Jenny Pozo, ha dedicado su vida a este proyecto, apoyada solo por los padres de familia.
«Quiero que sean líderes, que tengan principios y valores», asegura Jenny, con una pasión que contagia. «El taekwondo es más que un deporte, es un estilo de vida que les enseña disciplina, concentración y respeto.
El club, que antes practicaba en canchas al aire libre, ahora cuenta con dos sedes arrendadas en el barrio Primavera y en Caicedo, donde Jenny y su equipo trabajan con 25 niños y niñas de 4 a 14 años.
«El taekwondo es un instrumento para cambiar vidas», afirma Jenny. «Les enseña a superarse, a perseverar y a creer en sí mismos».
Los resultados son palpables. Los niños y niñas del club han participado en torneos locales y nacionales, obteniendo medallas y reconocimientos. Pero más importante aún, han desarrollado una autoestima y una confianza que les permitirá enfrentar los desafíos de la vida.
Jenny Pozo Marcillo es un ejemplo de que un solo ser humano puede hacer la diferencia. Su legado será recordado por generaciones venideras.

