Calles vacías y hoteles desocupados
Las zonas históricas como la Ciudad Vieja se han vuelto mucho más silenciosas. Cafeterías, tiendas de souvenirs, alojamientos turísticos y mercados que antes estaban llenos casi no tienen visitantes.
Talleres, guías y transporte afectados
Empresas de turismo, guías locales, transportistas con autobuses turísticos, tiendas artesanales, hostales, restaurantes, etc., dependen mucho del turismo religioso e extranjero. Muchos han reducido operaciones, despido de personal, cierre temporal de locales.
Menos vuelos y barreras de viaje
Muchas aerolíneas han cancelado o reducido rutas hacia Israel. Hay advertencias de viaje emitidas por distintos países. Todo esto hace que llegar y moverse sea más difícil para turistas.
Percepción de riesgo político / inestabilidad
Incluso quienes podrían viajar están dudando por la incertidumbre, posible violencia o enfrentamientos. La reputación de Jerusalén como destino seguro está siendo erosionada.
Impacto económico grave para comunidades locales
Familias que vivían del turismo religioso o cultural —artesanos, guías, comerciantes, hoteleros— están viendo caer sus ingresos de forma drástica. Algunos negocios cierran definitivamente.

