Pacific Dance, una agrupación de 160 jóvenes víctimas del conflicto armado de Tumaco, ha encontrado en la danza, la música y el teatro un espacio protector y una alternativa a la violencia.
La agrupación Pacific Dance de Tumaco presentó en la ciudad de Pasto el performance No son mitos, una obra que agrupa la música, la danza y el teatro, para compartir un mensaje contundente, las problemáticas del Pacífico nariñense contrapuestas con los principales mitos regionales.
Una muestra exquisita que mueve las fibras de quien observa esta grandiosa obra que, a partir de personajes mitológicos como la tunda, el diablo, la mula y la llorona, nos cuenta problemáticas históricas de este territorio, el conflicto armado, el narcotráfico, el desplazamiento y reclutamiento forzado, y la incansable lucha de las madres y el territorio que lloran y no paran de llorar por sus hijos que han tenido que caer en dicho conflicto.
Puesta en escena
La directora de esta agrupación, Diana Cortés, explicó “no son mitos, es una obra que relata las tradiciones orales del Pacífico y los contrapone con las realidades que tienen que afrontar los jóvenes en torno al conflicto armado. Es una obra que viaja en el tiempo, pero nos ubica en la realidad. El principal motor es que no se queda en el problema, sino que trascienda, que sana y trasforma a quien realiza y a quien observa la obra”.
Por su parte la profesora de Pacific Dance, Lisa Lasso, comentó “esta presentación es particular porque su planeación involucró que los jóvenes conocieran la mitología del Pacífico sur. Para componerla hablaron con los viejos, con los sabedores, los decimeros y empezaron a reconocer sus historias. Pero la impronta que la hace diferente es que al traerla a la modernidad personifican a estos mitos y le dan un contenido en el contexto del territorio”.
Agrupación
Pacific Dance es una agrupación que tiene 11 años en el territorio tumaqueño. Su objetivo es trabajar las artes para crear transformación social dentro del territorio y crear espacios protectores que sirvan para los niños, niñas y jóvenes víctimas del conflicto armado y poder encontrar otras alternativas diferentes a la violencia y el conflicto. Está conformada por 160 integrantes y abierta a cualquier persona.
“Nuestro trabajo siempre se ha enfocado con niños y jóvenes porque confiamos profundamente que a través de estos procesos podemos encontrar verdaderas trasformaciones del territorio. Este grupo poblacional puede generar el cambio desde acciones positivas. Los jóvenes han encontrado en la danza el elemento para transformar su vida y la de otros jóvenes que están construyendo cosas interesantes y positivas a través del arte”.