Por: Tatiana Solarte.
Acudir con el fonoaudiólogo ante los primeros signos del TEL (Trastorno especifico del lenguaje), ayudará al niño a superar esta condición.
A veces surge la pregunta ¿cuándo llevar a un niño al fonoaudiólogo por un trastorno de lenguaje? En ocasiones los padres tienden a culparse a si mismos de los trastornos que padecen sus hijos, algo que los lleva a querer actuar por su cuenta sin acudir a un profesional experto, en este caso fonoaudiólogo.
Sin embargo, esta práctica solo llevará a que el niño siga desarrollándose con este trastorno sin ningún tipo de estrategia que le ayude y, por ende, acabará afectando a todo su desarrollo. De este modo, cuando se empiece a sospechar de un trastorno es vital acudir a un fonoaudiólogo, para que este haga una valoración y les pueda ofrecer el tratamiento adecuado.
Para comenzar, los padres deben preguntarse: ¿qué es un trastorno del lenguaje y cuáles son sus síntomas? Se dice que no hay dos TEL (Trastornos especifico del lenguaje) iguales, ya que cada niño desarrolla el lenguaje a su manera y a su ritmo. Sin embargo, sí contamos con algunas similitudes entre ellos, lo que lleva a poder diferenciar tres de ellos:
Trastornos del lenguaje receptivo: Incapacidad a la hora de comprender, ya sea del lenguaje oral o escrito. Trastorno del lenguaje expresivo: Dificultad de expresarse, es decir, les resulta muy difícil poder verbalizar sus pensamientos e ideas. Y Trastorno mixto: Dificultad tanto a la hora de expresarse como a la hora de comprender lo que se les dice o leen.
A veces, los niños simplemente presentan un retraso a la hora de emitir sus primeras palabras y esto no quiere decir que haya trastorno alguno. Sin embargo, será un especialista el que deberá valorarlos en función de su edad y su capacidad para expresarse y comprender lo que se le dice. Así mismo, el fonoaudiólogo ofrecerá un tratamiento acorde con las necesidades de los pequeños, durante las sesiones se activan todas esas funciones neuronales para facilitar la adecuada adquisición del lenguaje, trabajando por medio del juego y actividades entretenidas sus habilidades cognitivas, físicas, auditivas, visuales y de lenguaje, algunos ejercicios de esta terapia deben hacerse también en casa para reforzar y afianzar el progreso; además de hacerse participes dentro del proceso, acompañando con compromiso los avances de los pequeños.
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Los tiempos de calidad entre padres e hijos son importantes, hablarles así se piense que no entienden es enriquecedor y gratificante para ellos, pues su cerebro está trabajando a toda maquina para entender cada palabra, cómo usarla y pronunciarla. A su vez la sobreprotección, el apego, los conflictos familiares, la parte emocional y social tienen gran influencia también, ya sea de manera positiva o negativa dentro del proceso de adquisición del lenguaje.
Que los pequeños tengan un aprendizaje diferente no debe ser tema de preocupación … ¡si se atiende a tiempo!

