La periodista y columnista Ana Bejarano en su habitual nota en Los Danieles comparte una columna titulada El traspaso de nada. En ella deja al descubierto la intención sospechosa de desinstitucionalizar nuestra ya maltrecha democracia por parte del actual presidente de la República y su equipo de gobierno.
Ha sido tradicional entre gobierno saliente y entrante el entregar y recibir una especie de inventario de lo actuado y agendado. Así cada uno deja constancia de su proceder y de sus intenciones de gobierno. Pues todo indica que esta tradición democrática y en justicia cesa tras el anuncio de expedir un decreto mediante el cual el presidente Duque, sus ministros y colaboradores se reservan el derecho de entregar información de gobierno.
Todo se catalogará como información reservada. Un derecho que rompe una tradición que permitía de alguna manera aseverar que contamos con una democracia. Y peor aún que se abrogue la potestad de exigir al nuevo gobierno una continuidad de sus programas y proyectos, sin que conozca su real alcance.
«El que nada debe nada teme. Con esta novedosa Ley de empalme pretenden ocultar todas las bajezas de un gobierno perverso y ruin».
La Corte Constitucional debe pronunciarse desde ya en materia tan grave y delicada. Las razones de este actuar dejan entrever muchas sospechas de corrupción y mal gobierno. El que nada debe nada teme. Con esta novedosa Ley de empalme pretenden ocultar todas las bajezas de un gobierno perverso y ruin.
Amarrar a la impunidad la contratación amañada y tejida entre ilegalidades. Y heredar al gobierno Petro un país desestabilizado y en ruinas. Así poder luego mostrarse como los salvadores de una democracia que nunca preservaron ni defendieron. Cantinflesco proceder de un gobierno ídem.
Por: Pablo Emilio Obando A.