El señor Registrador Nacional del Estado Civil, Alexander Vega Rocha, siempre ha insistido en la transparencia en la realización de las elecciones en Colombia, así haya tenido un trago amargo en los comicios que se llevaron a cabo el pasado año para el Congreso de la República.
De allí, que nos parezca de suma importancia, especialmente en lo que tiene que ver con nuestro Departamento de Nariño, su anuncio respecto a que de cara a los comicios que se realizarán el próximo 29 de octubre, donde los colombianos elegiremos a nuestros próximos gobernadores, alcaldes, diputados, concejales e integrantes de las Juntas Administradoras Locales, se reforzarán todos los sistemas de control y seguridad, con el fin de hacerle frente a los delitos electorales, varios de los cuales son de vieja data, como es el caso, entre otros de la suplantación de los electores, el cual permite de manera metafórica que los muertos salgan a votar.
Nos estamos refiriendo a una situación en desarrollo de la cual, personas inescrupulosas se valen de las cédulas de personas fallecidas para acudir a las urnas y votar, episodios que a través de nuestra historia se han registrado de manera frecuente en las diferentes regiones del país, en especial en épocas, en las que no había tanto control, ni existía la tecnología que hoy hace posible enfrentar esas trapisondas electorales.
«Nos parece relevante destacar que el sistema biométrico, en lo relacionado con las elecciones, también es de utilidad para prevenir otros delitos electorales, relacionados con la suplantación de los jurados de votación y la trashumancia o trasteo de votos, otro delito electoral que ha hecho de las suyas en detrimento de nuestra Democracia«.
Al respecto, lo que han manifestado las autoridades electorales es que, de cara a las próximas elecciones territoriales, se intensificará en todas las regiones de la Nación el uso del sistema biométrico en los puestos de votación, precisamente con el objetivo de que los “muertos” no acudan a las urnas para votar de manera fraudulenta.
En efecto, desde que se comenzó a utilizar hace algunos años en los procesos electorales en Colombia, la biometría ha demostrado su eficacia para desenmascarar impostores en los puestos y mesas de votación, razón por la cual, en esta oportunidad, serán mucho más las zonas con relación a los procesos electorales anteriores, donde se incrementará su utilización, para evitar los votos espurios que tanto daño le hacen a nuestra democracia.
Lo cierto es que el sistema de la biometría, que consiste en la plena identificación, mediante las huellas digitales, de la persona que acude a votar, se constituye en estos momentos en un gran aliado de nuestras autoridades electorales, en lo referente a combatir este fraude, que durante muchos años causó grandes estragos en nuestros procesos electorales.
Ahora, afortunadamente se cuenta con la enorme y valiosa ayuda de la biometría para hacerle frente y derrotar de una vez por todas este delito electoral que es casi tan antiguo como nuestro sistema democrático.
Por lo tanto, consideramos de importancia capital el anuncio hecho por la Registraduría Nacional del Estado Civil, en darle una mayor participación a la biometría en el marco de las elecciones para autoridades regionales de octubre del presente año.
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Sobre el particular ya tenemos informaciones pertinentes en el sentido de que la biometría funcionará en el marco de los mencionados comicios en varios municipios de Nariño, tanto de la costa Pacífica como de la cordillera, lo cual es una garantía a favor de la transparencia que debe ser el común denominador en el proceso electoral que se avecina.
Igualmente, nos parece relevante destacar que el sistema biométrico, en lo relacionado con las elecciones, también es de utilidad para prevenir otros delitos electorales, relacionados con la suplantación de los jurados de votación y la trashumancia o trasteo de votos, otro delito electoral que ha hecho de las suyas en detrimento de nuestra Democracia.