Un hombre Trans-especie

Por: Nicolás Escobar Bejarano.

Manuel de Aguas es un joven catalán de 24 años y es la primera persona en el globo terráqueo en considerarse trans-especie, lo anterior significa -en sus palabras- que no se considera un ser humano, es decir, que no coincide con los conceptos biológicos establecidos.

Manuel, se ha implantado dos aletas de silicona con un peso de 500 gramos en el cráneo, estas van conectadas a un microchip que le permite percibir las vibraciones, humedad y la temperatura; fueron diseñadas por él mismo y tuvo que viajar hasta Japón para realizar el procedimiento quirúrgico.

Los órganos tecnológicos le permiten conectarse con la naturaleza pues, según su concepción, el ser humano vive en una burbuja antropocentrista en la que hace bastante perdió el horizonte.

"Los órganos tecnológicos le permiten conectarse con la naturaleza pues, según su concepción, el ser
humano vive en una burbuja antropocentrista en la que hace bastante perdió el horizonte”

El mundo entero ha fijado la mirada en Manuel después de sus novedosas declaraciones, sin embargo, un sector lo considera un artista, pues dio un paso arriesgado en pos de su identidad. Y sus detractores afirman que más allá de su extravagancia lo que está detrás, es un movimiento de líneas rojas en los valores que hemos establecidos como sociedad, pues el progreso de la investigación está muy ligado con las modificaciones genéticas y la intersección de ser humano – tecnología.

Antes de que se me suba la misantropía, me he hecho unas preguntas:

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¿Cuáles son los límites de la mente humana?, ¿Es la neuropsiquiatría el negocio del momento?, ¿Existen barreras para determinar nuestra identidad?

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Adenda: Según las cifras de medicina legal ya son siete los muertos que dejo las dos masacres ocurridas el fin de semana pasado en el departamento de Nariño, la primera ocurrió en el resguardo Chiles y la segunda en Mayasquer, ambos ubicados en la zona rural del municipio de Cumbal.

El patrón sigue siendo el mismo, hombres armados descargan la ira de sus fusiles sobre personas indefensas, lo más preocupante del asunto, es que al día siguiente todos nos levantamos con la promesa de un nuevo día en la mente, listos para cumplir nuestros compromisos laborales y otros cotidianos como cortarnos el cabello, mientras tanto, los muertos siguen siendo solo eso, cifras que engordan la estadística de nuestra indolencia.