Los anuncios de Donald Trump sobre la suspensión de ayudas y la posible imposición de aranceles a Colombia generan incertidumbre entre los ciudadanos, que advierten consecuencias negativas para el país.
La creciente disputa entre el presidente Gustavo Petro y el exmandatario estadounidense Donald Trump ha generado preocupación entre los colombianos, quienes temen que el conflicto escale y afecte la economía y las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
El anuncio de Trump sobre el fin de la ayuda económica a Colombia y la posible aplicación de nuevos aranceles al comercio con el país sudamericano desató una ola de inquietud, especialmente por el impacto que podría tener en sectores productivos y en el empleo. El exmandatario acusó a Petro de promover el narcotráfico y permitir la expansión de cultivos ilícitos, lo que llevó a una dura respuesta del jefe de Estado colombiano, quien calificó las declaraciones como ofensivas y amenazantes.
Aunque las relaciones diplomáticas no se han roto, el Gobierno colombiano decidió llamar a consultas a su embajador en Washington, mientras evalúa el alcance de las medidas anunciadas. Analistas advierten que una eventual suspensión de ayudas o el aumento de aranceles afectaría directamente a miles de empresas exportadoras y a la estabilidad de programas conjuntos en materia de seguridad, agricultura y cooperación social.
De acuerdo con cifras del Departamento de Estado de Estados Unidos, Colombia recibió en el último año fiscal cerca de 210 millones de dólares en asistencia, de los cuales más de 30 millones se destinaron al fortalecimiento agrícola. Washington ha sido durante décadas el principal aliado financiero y estratégico del país en temas de defensa y lucha contra el narcotráfico.
Entre la ciudadanía se percibe una mezcla de indignación y preocupación. Muchos temen que la tensión política derive en restricciones de visas, pérdida de inversiones y encarecimiento de productos importados. Otros, en cambio, consideran que la confrontación es resultado de los continuos enfrentamientos verbales entre ambos líderes, que han mantenido un intercambio de declaraciones desde hace meses.
El más reciente episodio se produce luego de que Estados Unidos revocara la visa al presidente Petro tras sus críticas a la administración de Trump y de que el mandatario colombiano acusara a Washington de la muerte de un ciudadano en el Caribe durante un operativo antidrogas.
Mientras la situación se mantiene en un punto de alta tensión, la población colombiana observa con incertidumbre el rumbo de una relación históricamente estratégica, pero que hoy se encuentra marcada por la confrontación y el riesgo de consecuencias económicas y diplomáticas que podrían sentirse a corto plazo.