Tecnología con impacto: Nariño se conecta con hechos y no con discursos

Por: Jhoeman Montezuma

La reciente visita del ministro TIC al departamento de Nariño no pasó desapercibida. Más de mil personas se congregaron en el Coliseo San Francisco, en la Universidad CESMAG, para ser testigos de un acto que, más allá del protocolo, llevó consigo un mensaje potente: Nariño también cuenta. La entrega de certificados TECH no fue solo un evento simbólico, sino una muestra de que la tecnología sí puede tocar las manos de quienes la necesitan, especialmente en regiones históricamente olvidadas.

En medio de este avance, la representante a la Cámara Teresa Enríquez se está consolidando como una de las pocas voces del Congreso que trabaja por una Nariño conectada, productiva y moderna. Su impulso a proyectos tecnológicos ha beneficiado a municipios como Iles, Gualmatán, Ipiales, y por supuesto, a la ciudad de Pasto. Hoy, en medio del ruido de la política nacional, su gestión genera eco por una razón sencilla: es tangible.

Mientras tanto, los autodenominados líderes del «viento del sur», ese discurso que alguna vez prometió transformación, brillan por su ausencia. Ni los senadores del partido de gobierno ni su representante han traído consigo visitas ministeriales con propuestas claras o inversiones reales. La llegada del ministro TIC fue histórica no solo por su visita, sino porque evidenció lo que no ha ocurrido en años.

La tecnología debe dejar de ser una promesa y convertirse en política pública con rostro regional. Que el departamento siga conectado no es un capricho, es una necesidad. Pero la conexión no debe limitarse a internet: se trata también de conectar oportunidades, industrias y sueños. Por eso, urge que el sector audiovisual de Nariño reciba el impulso que merece. No como una moda pasajera, sino como una industria sólida que genere empleo, fomente el talento local y exporte contenido hecho desde las montañas del sur.

El llamado es claro: invertir en medios de comunicación, en emprendimientos digitales, en jóvenes que quieren crear desde el territorio. La tecnología no transforma sola. Necesita decisiones políticas con visión de futuro. Y hoy, en Nariño, ya se empieza a notar quiénes las están tomando.