Por: Claudia Zambrano Erazo.
Lo que estamos viviendo en este momento en el departamento de Nariño con motivo del cierre de la Panamericana por el deslizamiento en Rosas desde hace más de 40 días es una situación preocupante, alarmante y lastimosamente es la muestra de que nuestra región siempre ha sido tan solo un pedazo del mapa, aislado del resto del país.
Si bien las promesas están escritas y a largo plazo hay una esperanza para mejorar la calidad de vida y movilidad desde y hacia el departamento, evidentemente necesitamos y con urgencia soluciones inmediatas que de alguna manera ayuden a mitigar la crisis que se vive en la región.
Algunas personas dirán que estamos exagerando, pero la verdad es que la economía local, es crítica y todo esto se desencadena de que no hay el intercambio comercial normal, en que lastimosamente para sumarle peros a esta situación algunos cuantos aprovechan la crisis que vivimos para terminar de atacar el bolsillo del pueblo trabajador que hoy con su poco salario no tiene ni siquiera para poder comer carne en el almuerzo.
Los precios de la canasta familiar están por las nubes y lastimosamente las autoridades brillan por su ausencia a la hora de controlar las alzas injustificadas. Es más, para no ir tan lejos el sector de la construcción, por ejemplo, en Pasto está paralizado y según cifras son alrededor de 15 mil familias que dependen de estas ganancias diarias, dinero que hoy en día no tienen y por ende no tienen con que llevar comida a su mesa. ¿Si esto no es una emergencia? Vaya uno a saber cómo debemos estar para que de verdad el Gobierno y nuestras autoridades se den cuenta que la situación es más grave de lo que se muestra y urge inmediatamente encontrar una solución real para poder sacar al comercio adelante.
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El clamor no solo es de los empresarios, el clamor viene de todos los nariñenses que sentimos el dolor de unos cuantos, quienes nos damos cuenta que ante este tipo de situaciones se necesitan soluciones urgentes que en verdad ayuden a compensar las cifras y las pérdidas que se están viviendo en este departamento trabajador que siempre ha estado abandonado y ahora necesita ser una prioridad para recuperarse. Exigimos la Emergencia Económica, esa que se convierte en la esperanza para soportar esta crisis con la que iniciamos el 2023, somos gente guerrera, verraca y trabajadora y así mismo necesitamos esfuerzos conjuntos y presencia gubernamental para lograr salir adelante.

