Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro.
El título del artículo de hoy, que es el lema de la semana por la paz que comienza hoy domingo, es en sí mismo una declaración y una tarea que estamos llamados a construir todos.
Desde este domingo hasta el 11 de septiembre, organizaciones diversas y plurales en pensamientos, orígenes y credos estarán involucradas en múltiples actividades para buscar generar la sensibilidad colectiva hacia un compromiso de todos por generar las condiciones que hagan de nuestro país una patria que no vea impotente el derramamiento diario de la sangre de sus hijos e hijas.
La Iglesia católica, que desde su esencia misma ha participado activamente en la búsqueda incansable de superar los conflictos que afligen a la nación, participará activamente esta semana al lado de muchas organizaciones aquí en la Diócesis de Pasto y también en los demás municipios del departamento de Nariño. La llamada a ser “artesanos de la paz es para todos”.
Esta es una buena oportunidad para recordar el mensaje del Papa Francisco el primer día del año en la Jornada Mundial de Oración por la paz, en la que planteaba el diálogo entre las generaciones, la educación y el trabajo, como instrumentos para conseguir una paz duradera.
Somos territorios en movimiento por la paz es una declaración de trabajar para hacer de esta región un ambiente donde todas las personas nos impliquemos en acciones – desde las más pequeñas hasta las más grandes – que nos vayan llevando a transformar relaciones, costumbres y maneras de gestionar los consensos y los disensos por medio de la razón, del diálogo, antes que por las vías de hecho y por acciones y lenguajes agresivos.
Es una declaración del deseo que quiere hacer realidad una región donde no se insulte ni se ataque físicamente ni se silencie violentamente a quien piense, crea o tenga un estilo distinto al de los demás. Que ni por ser mayoría ni por ser minoría se tenga que arrinconar a alguien y lesionar su dignidad y su derecho de ser, de expresarse.
Somos territorios en movimiento por la paz es una tarea, porque está claro que el camino por andar es complejo. Porque del escenario de los gritos donde nadie escucha a nadie, podamos pasar al escenario del diálogo, en el que tengamos la valentía de sentarnos junto a los otros y en actitud abierta y serena nos demos la oportunidad de escucharnos y expresarnos a partir del respeto y de entendernos, de tender puentes y encontrar caminos y puntos de contacto que nos permitan vivir pacíficamente.
Esta es una buena oportunidad para recordar el mensaje del Papa Francisco el primer día del año en la Jornada Mundial de Oración por la paz, en la que planteaba el diálogo entre las generaciones, la educación y el trabajo, como instrumentos para conseguir una paz duradera.
Qué bueno proponernos como tarea apostarle a estos tres instrumentos que el Santo Padre nos propone. Que a las palabras sumemos compromisos así.

