Por: Sofonías Rodriguez M.
Siendo uno de los valores más importantes en la vida de los humanos, sobre todo a este tiempo la gente aunque tenga cómo, casi no se preocupa por llevar a la práctica la ayuda del necesitado que en el giro de la vida, siempre se presenta y ante lo cual muchos se vuelven ajenos a cualquier situación calamitosa.-
Esta cualidad lleva a cultivar la sensibilidad social para estar listos a comprender las necesidades de los demás, de los desfavorecidos y brindarles apoyo oportuno, para lo cual hay que tomar conciencia. La solidaridad es un vínculo recíproco entre seres humanos de hacer el bien unos a los otros.
La solidaridad más que tener consideración por los que sufren o carecen de muchas cosas significa compromiso y esta vez un compromiso serio en favor de la vida, de la vida plena y digna a la cual tienen derecho todos.-Es palpar la realidad del otro, del hermano, del amigo, para compartir con él y ayudarle decididamente salir adelante.
Por lo que vemos y palpamos el mundo actual se ha acostumbrado a un tipo de solidaridad que va más encaminado a dar cosas y en ocasiones de las sobran, que ya no sirven, que a darse a sí mismo y eso tal vez es la mejor lección que debemos aprender. Es oportuno mencionar y recordarlo con inmensa gratitud en el Ecuador a Monseñor Leonidas Proaño, quien veía así la solidaridad.-
Mantener siempre atentos los oídos al grito de los demás y atender su llamado de socorro es solidaridad.-Sentir como algo propio el sufrimiento del hermano, es solidaridad. Llegar a ser la voz de los humildes, descubrir la injusticia y la maldad, denunciar a injusto y al malvado.- eso es solidaridad.
Dejarse transportar por un mensaje cargado de esperanza de amor y paz, hasta apretar la mano del hermano, es solidaridad, así como convertirse uno mismo en mensajero del abrazo sincero y fraternal que unos pueblos envían a otros, como también compartir los peligros en la lucha por vivir en justicia, arriesgando en amor hasta la vida, eso es también solidaridad.
Decía un misionero que llegó hace días por estas tierras de Nariño, que por lo general cuando damos algo, esperamos que el necesitado nos dé las rendidas gracias por haber sido solidarios, pero analizando bien nuestra actitud, cuando aconsejamos, o regalamos cualquier cosa, quienes debemos agradecer a Dios somo nosotros porque El es el que nos hace personas de un corazón generoso y solidario.
A veces la solidaridad nos habla a través de muchos hermanos y no respondemos. Qué indiferentes somos!!

