Durante el desarrollo de mis estudios en Derecho en la Universidad de Nariño, un docente algún día nos dijo “No hay mejor negocio que el de las aseguradoras, pues estas cubren un riesgo, que en muchas ocasiones nunca sucede sin embargo no hay ninguna retribución del pago obtenido por el supuesto que no acaeció, por el contrario, cada año el Soat por ejemplo, sube su valor, propiciando así la evasión del pago del mismo”.
Con estas palabras, el prestigioso abogado no quería incentivar el no pago del seguro, pero si buscaba dejar en nuestras mentes una idea, la aplicación de estas tasas deberían de ser reguladas, incentivando a quien es un buen conductor y evita hacer uso de la póliza, propiciando así un cobro de la misma respondiendo a la realidad de cada conductor.
En los inicios del Gobierno de Gustavo Petro se mencionó que se iba a hacer una revisión del valor del SOAT, haciendo un descuento a los conductores de ciertos vehículos que cumplieran con algunos requerimientos, rebajas que iban a aliviar el bolsillos de quienes tienen automotores y que han sido juiciosos con la compra de este seguro, sin embargo del dicho al hecho, como diría el refrán, hay mucho trecho, y ahora, solo conseguir la tan famosa póliza se ha convertido en toda una tortura.
Años atrás, cuando se deseaba comprar el SOAT, no importaba el lugar en donde se encontrara el comprador, porque incluso en tiendas de barrio o en salas de navegación de internet, se podría adquirir el seguro. De igual manera la hora era lo de menos, solo bastaba tener el dinero y el establecimiento imprimía el seguro sin ningún problema, ¡Qué tiempos aquellos! dirían muchos, porque ahora es una total pesadilla conseguir este seguro. Emulando a las “mejores” Empresas Prestadora de Servicio de Salud de nuestro país, aquellas que son protegidas a capa y espada por los gamonales de Colombia, el comprador del SOAT debe hacer fila desde las 5 de la mañana para poder hacerse a uno de los turnos que se entregan para adquirir esta póliza, y cruzar los dedos para que alcance uno de los pírricos 10 turnos que estas empresas entregan a quienes hacen fila desde tempranas horas de la mañana.
Lastimosamente el gobierno nacional no le ha querido meter mano dura a esta situación, las aseguradoras trabajan de la mano con los Bancos, otro de los bastiones de los “Todopoderosos” del país, y pues es mejor no tocar a la banca, porque de lo contrario, sus dueños, además propietarios de medios de comunicación nacional, no les temblará la mano para hacer un show mediático con el único fin de proteger el statu quo que los cobija, el mismo que hace el pobre cada vez más pobre y al rico cada vez más rico.
Realmente es el momento que esta situación tan perjudicial acabe, puesto que con esto se está incentivando la evasión de la compra del seguro, e incluso, abriendo las puertas para la generación del mismo de forma fraudulenta. El pueblo es soberano y habló en las urnas, es momento de hacer sentir la mano fuerte en estos temas, porque no puede ser que en el Gobierno del Cambio se gobierne de forma tan garantista para el opresor sin importar cuál sea su inclinación política, más que en ningún otro gobierno de la historia de Colombia.

