Hernán Insuasti Gonzales (Acord)
La situación más incómoda que personalmente vivo en mi profesión como periodista deportivo es cuando al Deportivo Pasto le va mal. Desde 1996 siempre estuve cerca del equipo viviendo las cosas negativas y positivas, pero cuando los resultados no llegan todo se vuelve inmanejable, especialmente para uno que no está acostumbrado a destruir, sino que por lo general busca construir.
Es más, de mi boca o de mis escritos jamán van a escuchar o leer pidiendo la renuncia de un técnico, o sea, no me gusta ver rodar cabezas o esperar que a un entrenador le vaya mal para pedir que se vaya. Hay personas, y he estado junto a ellas, que esperan el mal del club para así despotricar del presidente Oscar Casabón y del técnico de turno como actualmente ocurre.
Algunos consideran que, cuestionando sin compasión a un directivo o entrenador, consiguen más seguidores en Facebook, en radio o televisión. Son incapaces de tener audiencia hablando de fútbol o de temas netamente deportivos, simplemente porque no saben de eso, ante lo cual buscan solo despotricar de las personas.
Infortunadamente actualmente a Camilo Ayala que está al frente de la dirección técnica no le ha salido nada y, es más, ha dado mucha ‘papaya’, por eso, el plantel no da pie con bola.
Personalmente creía que ante Equidad el domingo anterior, Deportivo Pasto mantendría el rendimiento que le vi el jueves anterior ante Once Caldas, en cuyo juego en donde a pesar de perder por Copa Colombia, las maneras no fueron malas. Sin embargo, otra vez se cayó en un desempeño negativo que lo llena a uno de una total incertidumbre.
Ayala llevó a cabo dos modificaciones en donde desbarató al equipo. Metió como extremo por izquierda a Diego Castillo en vez del zurdo Freddy Espinal. Castillo es derecho y sabemos que es muy limitado incluso manejando su perfil, pero de todas maneras algo hace por el otro costado. Es un hombre torpe, quien para hacer la diagonal hacia dentro tiene que cuadrarse demasiado, por eso, mientras lo hace ya le llegaron mínimo dos hombres y para deshacerse de ellos necesita técnica, lo cual no la tiene.
Además, sacó del terreno de juego a John Méndez, quien estaba dando juego al equipo y sin su presencia no había quien conducía desde la mitad del campo.
Entonces estos son motivos para que los detractores de Camilo Ayala sigan dándole ‘madera’ sin que haya una defensa clara para él.