Por: Chucho Martínez
Ya estamos en modo navidad, con el síndrome del Tutaina tuturuma en el que champús mata voto preferente y buñuelos matan a listas cerradas.
Antes de quemar a muchos candidatos -léase años viejos como el suscrito-, hay que contar que ya son 3 encuestas de los dueños del poder en las que gana Iván Cepeda. La última de INVAMER de derecha, contratada por la derecha, presencial es la más diciente y que lleva a las siguientes conclusiones: si no se unen la derecha y el centro, Cepeda es el próximo presidente, esa intención de voto corresponde al 44.% de popularidad de Petro que aún falta por alcanzar, pues Cepeda tiene el 32%; que la gente no quiere regresar al pasado, que hay una nueva cultura política creada por las redes sociales multidireccionales más que por los medios de comunicación unidireccionales; es otra oportunidad de la izquierda para revisar sus errores y mejorar su forma de gobernar; si la derecha no se moderniza tiende a desaparecer; con esos resultados, sobra la consulta interpartidista. Menos mal que, Cepeda en Pasto, dijo que iba a terminar la obra inconclusa de Petro en Nariño.
El suscrito sigue en campaña política porque siempre ha hecho política de la buena, con independencia, criterio ideológico y propuestas regionales que no calzan en la lista que finalmente hicieron AICO y Alianza Verde azulado con perfiles neoliberales. Seguimos en lo mismo de siempre. Confiamos que los mensajes hayan llegado al cerebro de muchos nariñenses. Preguntarán. ¿Y ahora qué? Para Senado hay buenos candidatos para escoger, para cámara Nariño no hay, por eso vamos a votar en blanco.
Contrario a la mayoría de políticos que son como una sedita, Germancho es necio, irritado y tóxico, arisco como una salamandra, áspero como una lija, seco como un estropajo, desabrido como un tinto aguado, inhóspito y detestable como el que más.
Habitantes de La cruz, San Bernardo y Belén culpan al Camilo y al John por incumplidos, y no ejecutar $17 mil millones que estaban listos para el arreglo de la vía a la Cruz de donde son oriundos los “chiquitos” y el Oscar Fernando, poderosos como los Benavides de Guaitarilla que tampoco terminan la carretera. No les duele la patria chica. Ni un voto para estos entumidos.

