Si le damos un vistazo a los diferentes medios de comunicación o revisamos las redes sociales, podemos darnos cuenta que, nuestro país está de cabeza y el conflicto armado está por doquier, sumidos en la violencia e inseguridad, sentimos miedo, angustia, frustración e impotencia.
Esto nos hace sentir muy tristes y sensibles; nos exige revisar nuestros valores y pedir justicia para los afectados, pero sobre todo debemos tomar conciencia que, si queremos paz, debemos educar a nuestros hijos para la paz.
Nos hemos dejado llevar por corrientes que nos dicen que, para que las personas sean mas productivas debemos ponerlas a competir sin darnos cuenta que esto genera un ambiente hostil y cargado de agresividad. La competencia es buena siempre que no vaya en contra de la dignidad de la persona, pero cuando ponemos a competir a los niños y los comparamos entre si, lo único que provocamos son sentimientos de angustia y resentimiento, que provocan pleitos y enemistades.
Se hace indispensable fomentar la empatía (empatía es sentir con el otro). Eduquemos a nuestros hijos para que tengan la capacidad de sentir el dolor de los que los rodean y que puedan alegrarse con lo que hace feliz a sus hermanos o prójimos. Eduquemos a nuestros hijos para que sean sensibles y observadores de los sentimientos y necesidades de los demás. Y además debemos educarlos para que busquen el bien común antes que el bien propio, para lograr un ambiente de bienestar social y de armonía, así podremos trabajar, estudiar y convivir en paz.
El dialogo es el camino mas seguro para tener una excelente comunicación y así solucionar los conflictos que se nos van presentando entre personas que convivimos cotidianamente. El dialogo consiste en escuchar, acoger el mensaje y por ultimo responder, esto nos ayuda a conocer primero las razones o necesidades del que nos habla y después de acogerlo en nuestro corazón, buscar respuestas o soluciones adecuadas, encaminadas al bien común.
No podemos ir por el mundo haciendo lo que nos dé la gana, lo que sentimos que es lo correcto o lo que nuestro enojo nos dicta, pues podemos provocar situaciones desagradables, graves o fuera de lugar. Es necesario tener autocontrol, aunque no es tan fácil adquirirlo, requiere de entrenamiento de la voluntad para conseguirlo.
Sin lugar a dudas, los valores son las luces en el camino que nos van alumbrando para indicarnos por donde debemos ir y por donde no debemos pisar. Si lógranos definir algunos valores familiares y educar nuestros hijos en ellos, les estaremos dando armas para la vida. Pero no solo debemos enseñarlos en la teoría sino que debemos enseñarlos a llevarlos a la practica, con nuestros ejemplo. Nuestro testimonio es muy importante, porque así pondremos un granito de arena en la construcción de una sociedad mejor, basada en el bien común y que busca siempre la justicia y sobre todo, la paz.

