Manuel Eraso.

Semana de receso escolar, un encarte popular

Por: Manuel Eraso Cabrera.

Ismael botina, popular maestro Buchón durante esta semana de receso escolar le salieron más canas que todo el año lectivo. Esa chorrera de guaguas en casa, gritando y sin tener que hacer desesperan al pueblo soberano. No es por desamor a los niños, sino la falta de costumbre y plata.

Las vacaciones de mitad de año, fue un invento del jefe Álvaro Uribe Vélez, bajo el entendido de que las familias colombianas aprovecharían esta época para viajar, distraerse y activar el aparato productivo atreves del turismo. En teoría la medida, excelente, pero, en la practica el pueblo culi- roto no cuenta ni con la plata ni con tiempo de descanso para poder llevar a la familia de viaje.

Ni siquiera los maestros pueden disfrutar de este periodo de gracia, porque a ellos los obligan a trabajar. Entonces, en los estratos populares, ocurre lo de siempre, los niños, niñas y adolescentes se quedan solos en las casas, mientras los papás tienen la obligación de trabajar.

Pareciera que quienes idearon esta semana de receso, creyeron que todos los obreros tienen contratos laborales con vacaciones pagas para esta época. Del dicho al hecho hay mucho trecho.

Para cientos de hogares de estratos populares, mandar a los niños a estudiar es la oportunidad para que puedan desayunar. Esa es una realidad. Parece mentiras, pero, cuando se acerca a charlar con padres de familia y maestros, revelan escenas dramáticas de hambre.

Por supuesto que hay excepciones, como toda regla, habrá algunos que se dan sus modos y salen de viajes, dentro y fuera del país. Sin embargo, la gran mayoría de a pie les toca quedarse con sus hijos, en casita, comiendo chara, viéndose las caras y los hijos con los ojos cuadrados mirando el celular.

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Cuando el presidente Petro advierte que muchos hogares se acuestan solo con una comida al día, se refiere a estos casos de carne y hueso. Sea mamá o papá que desde el rebusque tiene que buscar para la comida. Este segmento de la población, pensar en vacaciones, es un sueño imposible.

Qué fácil desde los escritorios acolchonados de la burocracia, dictar normas, como esta: “una semana de receso escolar en mitad del año, para promocionar el turismo e impulsar la economía”. Decirlo es fácil, pero, ya en la practica no deja de ser una entelequia.

Bienaventurados, aquellos que pueden darse el lujo de unas vacaciones pagadas, porque para ellos se diseñó este tiempo.

Mientras tanto, el pueblo soberano del Sisbén, aquel que tiene que madrugar a buscarse la comida en medio de la informalidad, no se da ni por enterado, por la sencilla razón, de que si no trabaja no come.

Y mientras el hambre golpea las puertas de muchos hogares, comienzan aparecer candidatos redentores para las elecciones de aquí un año- octubre 2023-. Al fin y al cabo, también de ilusiones vivimos los humanos. Viva la democracia, renuncien funcionarios para conocerlos como candidatos. Patos al agua.