Nunca antes en Pasto la Ciudad sorpresa de Colombia se dio valor a esa palabra que la conocí en los tiempos de ese líder polaco Lech Walesa que organizó las campañas obreras a finales de los años 70 y después de su éxito de las luchas obreras y campesinas por la libertad sindical, llegó a ser presidente de Polonia, con el lema de la Solidaridad. Bueno, esa historia pocos la conocemos por su símbolo que fue y será siempre la Solidaridad entre los seres humanos.
Eso fue lo que se vivió el miércoles anterior cuando se desató un voraz incendio al sur de Pasto, más concretamente en el barrio Caicedo Bajo. Según declaraciones de varios testigos, son muchas la hipótesis que los organismos de seguridad han recogido, pero a eso no nos vamos a referir sino a la solidaridad de muchas y muchas personas, entidades sociales y del gobierno, participaron en tratar de apagar semejante conflagración enorme que alcanzó varias casas aledañas al epicentro del siniestro.
Nunca antes se vivió esta historia que quedará en el recuerdo de los moradores del barrio Caicedo y de Pasto, tanto así que de distintos sectores después de curiosear el acontecimiento sacaron las manos de sus bolsillos y empezaron a formar largas cadenas humanas cargando un balde de agua que los vecinos llenaban para sofocar las lenguas de fuego. Eran tan altas que alcanzaron a quemar algunas casas de tres y hasta de cinco pisos, pero eso no fue problema para sus moradores, el desafío fue a muerte.
Las redes sociales se dieron a la tarea de informar a toda la ciudadanía de Pasto y del mundo la batalla que se enfrentaron todo el lado sur de nuestra ciudad, con baldes, cantinas, tarros, todos los utensilios y cántaros, los que les llegó a sus manos fueron utilizados desde distintos lados alrededor del devastador incendio, para apagar lo que se estaba consumiendo ante sus incansables ojos, pero lograron apagarlo, así sea como en los tiempos antiguos ¡a puro balde, carajo!
De los años 70 a nuestros días son pocos los incendios que se conozcan de esta magnitud. Los que me acordé consumidos por las llamas fueron el mercado central (hoy Banco de la República), el mercado de Bomboná, también el mercado de El Potrerillo, una casona en plena calle 18 con carrera 28 donde funcionaba un billar. De todos estos siniestros se encargaron la unidad del cuerpo de bomberos de Pasto y otras entidades de socorro.
Ahora se tratará de despertar la solidaridad de todo Pasto para que estas personas que perdieron todo en el voraz incendio vuelvan a iniciar su vida ya que algunos lo harán sin nada en sus bolsillos, únicamente de los escombros y restos de lo que les quedó de sus viviendas. Creo que la enseñanza que nos dejaron todas estas personas de Caicedo se vuelva otra vez una costumbre como en otrora fue nuestra ciudad de Pasto, solidaria.
Por: MIGUEL HERNÁNDEZ