La crisis estalló en el corazón de Ecopetrol, la empresa insignia de Colombia. Según revelaciones de SEMANA, Ricardo Roa, presidente de la compañía, junto con Alberto José Vergara, director de Cumplimiento, habrían instaurado una red clandestina de interceptaciones para vigilar a más de 70 funcionarios, incluidos vicepresidentes y tres miembros clave de la junta directiva: Luis Alberto Zuleta, Juan José Echavarría y Saúl Kattan. Ricardo Roa y Alberto Vergara: culpables por presunto espionaje en Ecopetrol.
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Los testimonios recopilados por SEMANA dan cuenta de un sistema de espionaje operado sin conocimiento del comité de auditoría, ni aval de la junta. El objetivo: identificar contradictores y filtrar información clave en medio del creciente escándalo que involucra a Roa por presuntas irregularidades electorales durante la campaña de Gustavo Petro.
Un capítulo aparte merece el seguimiento a Kattan, considerado posible reemplazo de Roa, a quien le habrían retenido su correo y celular corporativo por “articularse con otros miembros para sacarlo del cargo”.
Espionaje, otrosí millonario y presión extranjera; Ricardo Roa y Alberto Vergara: culpables por presunto espionaje en Ecopetrol
La figura de Vergara aparece en el centro de esta trama. Bajo su mando, la Dirección de Cumplimiento habría operado como una “Gestapo interna”, según describen fuentes, usando como fachada un contrato de reputación reputacional con la firma estadounidense Covington & Burling LLP.
El contrato, inicialmente por 875.000 dólares, terminó costando 5,8 millones. La junta directiva de Ecopetrol niega haber conocido el otrosí que lo amplió, y los abogados norteamericanos alertaron que se les entregaron documentos parciales y direccionados, lo cual agravó el escándalo.
Este episodio generó turbulencias internas y llevó a reuniones de emergencia en Casa de Nariño. Incluso el presidente Petro intentó desmarcarse del tema, pero la junta confirmó la existencia del contrato y lo suspendió.
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Crisis reputacional y pulseo político por el sucesor de Roa
La situación para Roa se complica. Una auditoría interna validó parte de las denuncias y la Procuraduría ya emitió concepto para sancionarlo por violación de topes en la campaña presidencial de Petro. Además, el caso ya atrajo la atención de la SEC, la autoridad de vigilancia bursátil en EE. UU., dada la cotización de Ecopetrol en la Bolsa de Nueva York.

Las presiones ahora se centran en definir su reemplazo. Altos funcionarios del Gobierno estarían usando el escándalo para inclinar la balanza a favor de ciertos candidatos, mientras medios internacionales amplifican el impacto del caso en la reputación de la petrolera, que en 2024 transfirió al Estado más de 40 billones de pesos en impuestos y regalías.
Lo que empezó como un análisis reputacional terminó revelando una red de poder y vigilancia interna que podría costarle la cabeza a Roa y manchar aún más la credibilidad de la principal empresa del país.

