El departamento del Cauca sigue sumido en una ola de violencia sin precedentes que afecta tanto a la población civil como a aquellos que intentan llevar cultura y arte a la región.
En este contexto, el asesinato del cantante de música popular Dávinson Gaviria ha generado alarma y preocupación. Gaviria, quien fue interceptado por sicarios después de una presentación artística en Balboa, una localidad rural de este departamento, se convierte en una víctima más de un entorno violento alimentado por la presencia de grupos armados ilegales.
El crimen se registró en la madrugada del 5 de enero, cuando el cantante de 31 años, conocido por su talento en el género de música popular, fue abordado por hombres armados que le dispararon en repetidas ocasiones. La noticia de su muerte conmocionó a sus seguidores y a la comunidad artística, que aún no logra comprender la magnitud de la tragedia.
Aunque las autoridades aún no han confirmado la autoría material e intelectual del crimen, varios informes apuntan a que los responsables podrían estar vinculados a las disidencias de las Farc, el ELN (Ejército de Liberación Nacional) o la Segunda Marquetalia, grupos armados que operan en la región del Cauca.
Estrategia
El comandante de la Tercera División del Ejército Nacional, brigadier general Federico Mejía, explicó en una rueda de prensa que el asesinato de Gaviria podría estar vinculado a una estrategia más amplia de los grupos ilegales en la región, quienes han intensificado sus actividades criminales. Según Mejía, estos grupos no solo están atacando a fuerzas del orden, sino también a aquellos que, como los artistas, intentan ingresar al territorio con un mensaje de paz y reconciliación.
«El discurso que requieren estas estructuras, y de lo que se alimentan estas estructuras, es que mientras más ausencia del Estado exista, mientras más pobreza exista, es el ingrediente necesario que requieren ellos para poder continuar siendo vigentes en el tiempo», señaló el brigadier general Mejía, sugiriendo que la presencia de artistas y su influencia en la población civil contraviene los intereses de los grupos armados. Además, agregó que varios artistas y promotores de eventos culturales en la región han recibido amenazas directas por parte de estos actores ilegales.
Este crimen se inscribe dentro de un contexto más amplio de violencia que ha escalado en el Cauca en los últimos años, con un aumento en los enfrentamientos entre grupos armados y las fuerzas del Estado, así como el desplazamiento forzado de miles de personas debido a la confrontación armada.
La situación en el departamento se ha deteriorado de manera alarmante desde la firma del Acuerdo de Paz con las FARC en 2016, un pacto que, lejos de traer la paz, ha generado un vacío de poder en diversas zonas del país, aprovechado por organizaciones criminales para consolidarse y expandirse.