Por: Ricardo Sarasty.
Los estudiantes nos esperan Señores secretarios de educación, no podemos malgastar el tiempo que les pertenece a ellos. Como se ve que a las oficinas del gobierno departamental y de los municipios no les llega la voz de las comunidades que exige que sus hijos e hijas de nuevo asistan a sus instituciones educativas para continuar con su proceso formativo. La crisis generada por el derrumbe del tramo de la carretera en Rosas Cauca a contado hasta el momento con la debida atención en la medida que los requisitos legales lo permiten. Por ello hasta el día de hoy la cotidianidad en nuestras familias van encausándose al ritmo que las soluciones a los problemas que no se atendieron durante más de un siglo van concretándose. Por lo que si los secretarios de educación, casualmente tan solidarios ahora con la gente del común, pretenden con su paro exigir una solución definitiva lo único que están demostrando con su actitud es o estar desinformados, no contar con la voluntad real de querer ser parte de la solución y de paso acomodarse del lado de los problemas porque por politiquería les conviene joder y ayudar a joder.
No es consecuente con el cargo que desempeñan y menos ético buscar agrandar la crisis e inmoral cuando se lo hace con medias verdades que son peor que las mentiras. En pasto si hay y nunca han dejado de estar en las estanterías de las papelerías los útiles de estudio para los escolares y si no hay abundancia en de alimentos en los supermercados y las centrales de abastos, se falta a la verdad cuando se afirma que no hay nada. Por lo que desdice de la calidad profesional del funcionario el servir de eco para la especulación y el acaparamiento. Bueno fuera que las contraloreas, la procuraduría, las personerías y la defensoría del pueblo, cuya existencia obedece al mandato constitucional de proteger los derechos de los ciudadanos, averiguaran por los intereses que se están moviendo detrás de esta determinación de aplazar el retorno a clases de los estudiantes. Sí, estas entidades pertenecientes al ministerio público no pueden conectar en justa causa con esta forma de corrupción al permitir el abuso de poder y la negligencia de funcionarios nombrados no para administrar, como en este caso la educación, sino el beneplácito del cacique electoral que los puso ahí.
Con igual sorna a la de la señora que vende frutas en la esquina de la cuadra vale repetir su pregunta ¿Por qué si el otro año sin crisis los niños fueron llamados a iniciar los estudios sin el Pae, ahora nos salen a decir que así no se puede? Y dándole la razón a ella se tiene repetir su acertada observación: “Si el Pae no les llegó el otro año con carretera para que preocuparse porque nos les llegue ahora sin ella. Para las frutas y la lechesita que les dan, lo que aquí ve es mil veces mejor. ¿Por qué no nos compran a nosotros?” en cuanto al argumento del transporte por los escases de combustible el mismo alcalde de Pasto a repetido en todas las entrevistas que el servicio de bus urbano se encuentra funcionando con garantía de no parar. A parte de este servicio Pasto y los otros municipios no son mega metrópolis en las que se requiere trasladarse en tren o necesariamente en carro, son medianamente grandes y aun pueden recorrerse en bicicleta o llegar a las instituciones educativas caminando para fortuna de la mayoría de los estudiantes, los cuales por norma deben de estar matriculados en las instituciones cercanas a sus viviendas preferentemente.
El cuento de esta emergencia recuerda al del gallo capón, una mamadera de gallo para no hacer ni dejar hacer.

