En el barrio de La Esmeralda, un sentimiento de preocupación se ha apoderado de sus habitantes debido a presuntos actos de maltrato animal observados en los últimos días. Residentes locales, encabezados por Jorge Meneses, han levantado la voz de alarma ante lo que describen como negligencia y falta de cuidado hacia mascotas por parte de migrantes venezolanos asentados en la zona.
Según Meneses, quien ha sido el principal portavoz de esta denuncia, las personas de nacionalidad venezolana estarían dejando en condiciones precarias a sus animales domésticos, sin brindarles el adecuado alimento, agua ni atención médica cuando lo requieren. Esta situación ha generado indignación y repudio entre los residentes, quienes consideran inaceptable que los animales sufran debido a la negligencia humana.
Las denuncias van desde casos de abandono de animales en las calles hasta evidencia de desnutrición y enfermedades sin tratar en aquellos que aún permanecen bajo el cuidado de estas personas. Testimonios de vecinos refuerzan la gravedad de la situación, describiendo escenas de perros y gatos deambulando en busca de comida, visiblemente desnutridos y enfermos.
Incidencia
Ante esta situación, las autoridades locales han sido notificadas y se espera que tomen medidas con prontitud para garantizar el bienestar de los animales y promover una convivencia respetuosa entre todos los habitantes del barrio. Se ha instado a las autoridades a realizar inspecciones regulares en las áreas donde se ha observado mayor incidencia de maltrato animal y a tomar acciones legales contra aquellos que sean encontrados culpables de estas prácticas inhumanas.
Por su parte, algunos residentes han manifestado su disposición a colaborar con organizaciones de protección animal y voluntarios para brindar apoyo a las mascotas afectadas y promover campañas de concientización sobre la importancia del cuidado responsable de los animales domésticos.
La situación en el barrio La Esmeralda continúa siendo motivo de preocupación y se espera que las acciones conjuntas de la comunidad, las autoridades y las organizaciones dedicadas al bienestar animal puedan poner fin a estos actos de crueldad y garantizar un entorno seguro y respetuoso para todos sus habitantes, tanto humanos como animales.