Por: Aníbal Arévalo Rosero
El pasado 22 de marzo el Gobierno Nacional radicó ante el Congreso de la República la Reforma Pensional denominada “Cambio por la Vejez”, proyecto que tiene como fundamento generar mayor equidad, la ampliación de cobertura y una renta vitalicia para adultos mayores que por diferentes razones no pudieron estar vinculados con el sistema pensional.
La noticia más importante es que este proyecto al parecer tendría más acuerdos que diferencias a la hora de conseguir el apoyo de los congresistas. Recordemos que el proyecto de Reforma a la Salud tuvo muchos opositores del sector político, porque el sector empresarial no quiere aflojar el negocio de la salud, siendo de alta rentabilidad. Pero, de todas maneras, las EPS van a continuar existiendo solo que se tienen que transformar.
De igual manera, el proyecto de la Reforma Laboral, también ha generado descontento entre el sector empresarial, porque no quieren pagar horas extras con el argumento de que los empresarios se verían obligados a despedir gente; recordemos que las horas diurnas se ampliaron hasta las diez de la noche con la justificación de generar mayor empleo, lo que no fue así. No hay razón de ser cuando el recargo nocturno para un trabajador que se gana el salario mínimo es de $1.692.
En lo que tiene que ver con la Reforma Pensional tendría menos tropiezos que las otras dos que ya hacen su trámite en el Congreso de la República. Uno de los factores principales es que hay concertación con el sector empresarial para que no se eliminen los fondos privados; para ello se implementaría el sistema de pilares, mediante los cuales les daría participación a Colpensiones (administradora pública de pensiones) y las Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías (AFP). Es decir, Colpensiones captaría hasta los aportes por un monto de tres salarios mínimos y las AFP cotizaciones que excedan los 3 salarios mínimos.
La reforma pensional contempla cuatro pilares fundamentales: solidario, semicontributivo, contributivo y ahorro voluntario. Esto permitirá que Colpensiones y las diferentes AFP se complementen y unifiquen, en lugar de ser rivales.
El pilar solidario otorgará a los mayores de 65 años que no pueden pensionarse, una renta equivalente a $223.800. Según cifras del Gobierno Nacional este pilar cobijará a 2.596.098 personas que corresponden a la población vulnerable (hasta el nivel C3 del Sisbén).
En el pilar semicontributivo las personas mayores de 65 años, que tienen un mínimo de 150 y un máximo de 999 semanas cotizadas en Colpensiones o ahorros en su cuenta individual en una AFP, pero que no les alcanza para pensionarse, recibirán una renta vitalicia.
En el pilar contributivo se encuentran todas las personas afiliadas, de la siguiente forma: Colpensiones recibirá los aportes hasta tres salarios mínimos y las AFP, las cotizaciones que excedan los 3 salarios mínimos.
El pilar de ahorro voluntario le permitirá a la población que tiene mayores ingresos, hacer aportes adicionales para obtener una mejor pensión.
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En este sentido hay que hacer claridad que la reforma se aplica hacia futuro, desde el momento que entre en vigencia y en ningún momento afectará a las personas que estén gozando de su pensión. Quienes tengan el derecho ganado para nada les afectará la reforma.
Otro aspecto que hay que destacar es que la reforma no va a modificar la edad ni las semanas de cotización para adquirir el derecho a pensión; el espíritu de la reforma está enfocado a dar mayor equidad y a aumentar la cobertura, pero, ante todo, darle la oportunidad a los adultos mayores, sobre todo mujeres, que se dedicaron durante toda su vida a criar hijos y a las labores del hogar.

