REFLEXIONES SOBRE UN ENORME FRACASO

EDITORIAL

¿Quiénes son los culpables de la eliminación de la Selección Colombia al Mundial de Fútbol de Catar?

Nos parece que los jugadores tienen una gran responsabilidad en este estruendoso fracaso que nos dejó por fuera de la fiesta de fin de año. Especialmente pensamos en esos partidos ante Ecuador y Uruguay, donde nuestros futbolistas eximios goleadores en los equipos de Europa donde actúan de manera “inexplicable”, desperdiciaron por lo menos 10 goles ante ecuatorianos y uruguayos, mientras que nuestros vecinos en una desastrosa y a la vez sospechosa actuación de nuestro equipo, nos empacaron 6 anotaciones.

¿Querían los jugadores que se fuera Carlos Queiroz? Todo apunta a que esa fue la intención y de allí esas pésimas presentaciones en esos dos partidos.

También nos preguntamos cómo podría calificar a un mundial una selección que en 7 partidos no marca un gol, a pesar de tener en su nómina a jugadores que en cada encuentro de sus equipos en Europa y en otras partes del mundo anotaban dos y hasta 3 goles por partido.

 

«Ya no se puede llorar sobre la leche derramada, aunque sí, a consecuencia de esta eliminación, los colombianos vamos a tener muchos motivos para el llanto, ante las grandes pérdidas económicas que nos traerá este fracaso futbolero».

 

Entonces hoy, cuando estamos señalando a los responsables de la eliminación, no tenemos ninguna duda en que precisamente nuestras máximas estrellas mientras brillaban en el extranjero en cambio para la selección no aportaron absolutamente nada, a excepción de un jugador fuera de serie como lo es Luis Díaz.

 De resto muy poco, incluidos dos referentes como lo son James Rodríguez que se constituyó en otro fiasco y en motivo de discordia más que   otra cosa y Radamel Falcao, a quien nadie le discute su fulgurante trayectoria en nuestras selecciones Colombia, pero que simplemente en esta oportunidad ya sintió el peso de los años y no pudo hacer la diferencia.

Naturalmente, también es culpable de la debacle, el presidente de la Federación Colombiana de Futbol, Ramón Jesurun y demás integrantes de esta entidad, protagonistas de una cantidad de desaciertos, que hoy nos dejan por fuera del Mundial de Catar. Eso de mantener durante tanto tiempo como DT encargado de la Selección Colombia a Arturo Reyes, luego de la salida de José Pékerman, a sabiendas que él no iba a dirigir en las eliminatorias fue uno de esos grandes errores. Como posiblemente lo fue excluir a Carlos Queiroz, a sabiendas también, de que algunos de los jugadores habían orquestado un complot en su contra. Y, hoy, la amargura de la eliminación nos muestra que otro yerro gigantesco fue el de haber rescatado a Reinaldo Rueda de la Selección de Chile.

Hoy los resultados nos muestran que clasificaron por encima de nosotros, selecciones como la de Ecuador y Uruguay, mientras que Perú nos ganó el repechaje, equipos a los que sobre el papel, nuestra Selección Colombia superaba con creces en lo relacionado con la nómina de sus jugadores, en una eliminatoria en la que solo Brasil y Argentina, lucieron muy superiores a sus rivales.

Luego de este doloroso fracaso, debemos decir que al fútbol colombiano le hace falta planificación, mucha planificación, la cual debe incluir un trabajo serio en las selecciones Sub 20, Sub 21 y Sub 23, para la formación de nuevos jugadores, puesto que ya vimos en esta eliminatoria, la urgente necesidad que se tiene de una renovación.

Lo cierto es que ya no se puede llorar sobre la leche derramada, aunque sí, a consecuencia de esta eliminación, los colombianos vamos a tener muchos motivos para el llanto, ante las grandes pérdidas económicas que nos traerá este fracaso futbolero.

Los primeros van a ser los señores de la Federación Colombiana de Fútbol, los que por la eliminación dejarán de recibir 10 millones de dólares.

Igualmente, los bares y restaurantes, esperaban tener este fin de año un aumento en sus ventas entre el 30 y el 40 por ciento, con motivo de los partidos de la Selección Colombia y también se verán seriamente perjudicados, las ventas de cerveza, de aguardiente, de televisores y de camisetas de la Selección, así como los patrocinadores del equipo nacional.

En otras palabras, nos fregamos con J mayúscula….

 

  

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