Ricaurte Losada Valderrama

RECUPERAR LA SENSATES

Por Ricaurte Losada Valderrama

Frente a tantos y diversos extremos perniciosos, es urgente recuperar la sensates y la proporcionalidad prácticamente perdidos.

No me voy a referir a ellos en particular porque tendría que escribir muchas columnas y aun así no cabrían en ellas innumerables banalidades y extremos que nos causan desazón, incertidumbre y desasosiego, por solo decir algo entre tantas angustias.

Trato entonces algo de este angustiante   tema procurando referirme a los valores y principios, de los cuales emergen las normas y con ellas, al cumplirlas, las posibilidades de convivencia, efectividad de los derechos, pluralismo, paz, democracia y, por ende, vida.

En contra de la Constitución y de la Ley, por muy diversos factores nuestros, los derechos están permanentemente restringidos y desconocidos. Por ende, reina en medio de la polarización y la división, la  discriminación y la exclusión, en que su  basamento no está dado siquiera  en criterios razonables, desatendiendo   propósitos útiles y oportunos que los torne necesarios para satisfacer el interés público imperativo, y ser proporcionales al  objetivo común y de los derechos que son  ineludibles,  donde y ni siquiera la acción de tutela es eficaz en la gran mayoría de ocasiones, entre otras razones, por la politización de la justicia.

Se trata de una desgracia que hay que superar, pues lo real y vigente es que vivimos de guerra en guerra, de conflicto en conflicto, de improvisación en improvisación, de polarización en polarización, de ineficacia del Estado en ineficacia del Estado, de amenaza en amenaza, de impunidad en impunidad, de falta de liderazgo en falta de liderazgo, y así sucesivamente. Es la inaudita prolongación de la patria boba.   

Se olvida que cuando hay varias opciones para alcanzar el bienestar general, debe escogerse la que restrinja menos el derecho protegido y guarde mayor proporcionalidad con el propósito que se persigue y que muchos derechos no pueden suspenderse ni siquiera en los estados de excepción, desconociéndose de manera abierta no solo el ordenamiento jurídico interno sino el internacional, con grave perjuicio para nuestras exhaustas arcas y para nuestra imagen internacional.

A propósito de este preocupante e inaudito panorama, la Corte Interamericana ha examinado casos donde se han suspendido derechos fundamentales durante estados de excepción, como guerras o emergencias públicas, aplicando el principio de proporcionalidad para evaluar si estas suspensiones fueron justificadas y no excedieron los límites permitidos por nuestro ordenamiento jurídico y por la Convención Americana sobre Derechos Humanos y, en general, por el ordenamiento jurídico internacional que estamos obligados a cumplir. 

Refiriéndose a la juridicidad de las medidas que se adopten para hacer frente a las diversas situaciones de emergencia, la Corte Interamericana expresó que las medidas que se adopten para enfrentar situaciones especiales dependen del carácter, intensidad, profundidad y particular contexto de la emergencia, así como de la proporcionalidad y razonabilidad que guarden las medidas adoptadas. Es justamente lo que debido a una polarización inconveniente y desenfrenada estamos padeciendo.

Frente a la guerra la Corte Interamericana pide que se deberían establecer principios generales que permitan un proceso de desmovilización que respete los principios y estándares establecidos en materia de verdad, justicia y reparación.

No hay alternativa distinta -o actuamos y decidimos de manera sensata, teniendo entre tantas condiciones presente la proporcionalidad y la sensates-, o no somos capaces de enderezar nuestro futuro. 

@ricaurtelosada