Si las elecciones presidenciales terminan como estaba previsto, con un 50% a favor de Rodolfo Hernández y el otro 50% a favor de Gustavo Petro, es evidente que el país quedará dividido en dos bandos. Uno el que pretende que todo siga igual y el otro que pretende cambios y transformaciones sociales que faciliten el acceso a mejores condiciones de vida y trabajo para todos los colombianos.
Como esta campaña se ha destacado por ser violenta a través de la redes sociales y medios de comunicación, han quedado profundas heridas que es necesario curar, ya que por la alineación en favor de una u otra campaña, en las familias, con los vecinos, incluso con los amigos, se han roto las relaciones sociales, al punto de cortar la comunicación y empezar a recriminar mutuamente de forma que si no se actúa adecuadamente será difícil reconstruir el tejido social que el país necesita para avanzar colectivamente.
Por tejido social entendemos al conjunto de personas que se unen para satisfacer necesidades humanas elementales o superiores, como son: alimento, salud, educación, seguridad social, vivienda, cultura, deporte, servicios públicos, transporte y todo lo que represente mejor calidad de vida para los ciudadanos.
En esta línea el nuevo gobierno, cualquiera que sea, debe comenzar impulsando programas que permitan reconstruir las buenas relaciones sociales en las familias, con los vecinos y amigos para recuperar la paz, preservar la vida con seguridad y construir condiciones de vida digna, para enfrentar las dificultades que se presentan en el transcurrir de la existencia de los grupos familiares y de las personas.
Para comenzar sería bueno iniciar impulsando actividades deportivas, culturales y comunitarias para ir limando asperezas; pero fundamentalmente es necesario y urgente ir al territorio, escuchar a las comunidades e identificar sus necesidades.
Con base en ese diagnóstico, elaborar planes de acción para convertir los planes en proyectos ejecutables, asignándoles presupuestos adecuados, sin engaños y hablado con claridad. Estas acciones serán mecanismos para que la comunidad los reciba con confianza y así reconstruir el tejido social.
POR: VICTOR RIVAS MARTINEZ.

