La Semana Santa que acabamos de conmemorar en nuestro departamento de Nariño, luego de dos años de parálisis a consecuencia de la pandemia de Covid-19 nos hizo el milagro de lograr una espectacular reactivación de nuestro turismo que precisamente fue uno de los sectores que más se vio perjudicado debido a la llegada del virus.
En efecto, hoy nos alegre sobremanera registrar en este espacio editorial la espectacular reactivación turística de nuestra región, después de 24 terribles meses en las que todas las actividades se detuvieron en detrimento de miles de personas quienes se vieron obligadas a afrontar los peores días de su vida.
Lo importante es que, con la disminución de los casos de la enfermedad, el proceso de reactivación nos ha llevado a reasumir lo que se detuvo por culpa de esta histórica emergencia sanitaria. Así, este año retomamos la Semana Santa y de la mano de esta importante celebración religiosa también resucitó nuestro turismo.
Es así como durante estos días volvimos a ver atestadas las paradisiacas playas de Tumaco, con lo que el puerto nariñense volvió a sus esplendorosas épocas de antes de la pandemia, en la que miles de turistas se constituyeron en un factor decisivo para darle un nuevo aire a la maltrecha economía de esta zona de la costa pacífica de nuestro departamento.
Nos referimos a una verdadera bendición para el sector hotelero, el comercio, los restaurantes, en fin todos los sectores que de una u otra manera tienen en el turismo una de las principales fuentes de ingreso.
Iguales buenas noticias podemos dar de otro sitio emblemático del turismo de Nariño. Nos referimos al imponente Santuario de Nuestra Señora de Las Lajas en Ipiales, a donde durante la Semana Santa acudieron miles de fieles, de Nariño, Colombia y del exterior, principalmente de la vecina República del Ecuador. En este sagrado lugar vivimos otro maravilloso episodio de reactivación religiosa y económica, que nos indica que cada vez más estamos más cerca de recobrar la normalidad que perdimos en marzo del 2020.
«Las encantadoras imágenes que vimos en Tumaco, en el Santuario de Nuestra Señora de Las Lajas y en tantos bellos parajes de Nariño, que volvieron a lucir esplendorosos, nos debe llevar a emprendimientos en desarrollo de los cuales el aprovechamiento del turismo sea el eje principal para seguir reactivando nuestra economía».
loading...
Aparte de los sitios anteriormente mencionados, otros parajes de nuestro departamento disfrutaron de esa bonanza turística. Es el caso de otro símbolo del turismo a nivel nacional e internacional, como es la laguna de La Cocha, en el corregimiento de El Encano y también debemos mencionar otros lugares de gran atracción entre los turistas, como el municipio de Chachagüí y el corregimiento de Puerto Remolino, en el municipio de Taminango, así como la misma ciudad de Pasto, que en los días de Semana Santa se lució ante los visitantes con la extraordinaria belleza de sus templos e iglesias.
Valgan entonces estos positivos acontecimientos que acabamos de vivir en varios parajes de nuestro departamento de Nariño, para seguir impulsando nuestro turismo, puesto que materia prima es lo que tenemos en esta región para que este sector se convierta en uno de los más importantes de nuestra economía.
Las encantadoras imágenes que vimos en Tumaco, en el Santuario de Nuestra Señora de Las Lajas y en tantos bellos parajes de Nariño, que volvieron a lucir esplendorosos, nos debe llevar a emprendimientos en desarrollo de los cuales el aprovechamiento del turismo sea el eje principal para seguir reactivando nuestra economía.
El milagro de Semana Santa, del que acabamos de ser testigos, tiene que movernos a todos para ese impulso turístico, en el que el departamento de Nariño tiene muchas cosas buenas que ofrecer a propios y extraños, como la encantadora amabilidad de su gente, la gastronomía y la incomparable belleza de sus paisajes.

