El domingo se convirtió en un capítulo inusual en la carrera de Rafael Santos Borré, donde se encontró ante el dilema de enfrentar su pasado y al mismo tiempo, sentir la necesidad apremiante de marcar la diferencia, no solo por su equipo en la Bundesliga, el Werder Bremen, sino también de manera indirecta por la Selección Colombia. Una amalgama de emociones que definieron su actuación en el encuentro.
En el vibrante duelo entre el Werder Bremen y el Eintracht Frankfurt, el delantero colombiano dejó su sello al anotar un segundo gol de forma peculiar. Aprovechando un centro magistral de Bittencourt, Borré conectó de cabeza un balón que, al golpear el palo, parecía destinado a salir del arco.
Sin embargo, la caprichosa trayectoria de la pelota sorprendió a todos al colarse finalmente tras la línea de gol. En el minuto 50, el barranquillero celebraba el 2-0 parcial, pero lo hacía con un gesto de disculpas hacia su exequipo, consciente de que actualmente se encuentra cedido en el Bremen. Una vez más, la ley del ex dejaba su marca en el encuentro.
A pesar del esfuerzo desplegado por Borré y su particular contribución al marcador, la victoria se escapó entre los dedos del Werder Bremen. El enfrentamiento culminó con un empate 2-2, y Borré, protagonista destacado, abandonó el terreno de juego a los 80 minutos. Aunque el resultado no fue el esperado, el delantero colombiano dejó una huella imborrable en un día marcado por la dualidad de emociones y su incansable deseo de hacer la diferencia en cada oportunidad.