Pablo Emilio Obando A.

¿A quién pertenecen los votos de Petro?

Al pueblo. Son del pueblo, patrimonio de un pueblo. Petro convoca con su desbordante inteligencia y sensibilidad que ha puesto y entregado al servicio del pueblo de Colombia. A sus campesinos, obreros, trabajadores, parias y descastados de todos los colores y razas.

Muchos quieren atribuirse la gran popularidad de Gustavo Petro mostrándose como los dueños y los forjadores de su gran caudal electoral. Personajes que investidos de un falso petrismo le apuntan a Viceministerios ante la eventual llegada de Petro a la Casa de Nariño. Desde las sombras orquestan y planean un continuismo clientelista y burocrático. Se proclaman los dueños de la voluntad de un pueblo y reclaman desde ya puestos y contratos en su pretensión de dar continuismo a sus prácticas electoreras.

Que nadie reclame vítores de un incontenible triunfo electoral. Es el pueblo quien debe recibir las preseas de su batallar. Petro supo convocar a su gente, aglutinarlo, orientarlo y conducirlo por los senderos de la fe y el deseo de un mejor destino. En Nariño su voz se abrió sola hasta llegar al alma desolada de una colectividad que ha padecido los azotes y flagelos de la inequidad económica y sus consecuentes males que se expresan en hambre para el niño, llanto para las madres y tristeza para esas castas sociales excluidas de un contrato social permanentemente violado y mancillado.

Mal hacen ellos en proclamarse dueños de la voluntad popular, de los votos que acompañarán a Petro en las urnas y que le permitirán iniciar un nuevo ciclo de redención social, la cristalización de ese contrato social del Estado con su gente que hará asequible la educación, la vivienda, el trabajo y la dignidad para todos.

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Se vota por Petro sin que nadie obligue o mande. Mucho menos esos personajes escondidos entre las sombras en espera de un trofeo clientelista. Sus sombras son la clara muestra de su cobardía y oportunismo. No nos van a engañar ni van a engañar a Petro y al pueblo hablándonos de la concordia y la intemperancia burocrática para luego pretender saciarse de sus actos viles y carroñeros

La verdad, sea dicha, es que muchos de los candidatos alternativos son lejanos del pueblo, distantes de su palpitar. Ellos no le ponen votos a Petro, es él quien los impulsa y fortalece. Estos candidatos sin Petro son un simple paquetazo impuesto por señores de las sombras que ansían y esperan réditos electorales. Es el pueblo y su constante lucha quien ha multiplicado los votos de Petro.

Los votos de Petro son de Petro.

Por: Pablo Emilio Obando A.