En el país se reconoce reiteradamente que los nariñenses tienen una cualidad esencial cual es su laboriosidad. Sin embargo, hay otra que es aún mayor y que hace a este pueblo un sujeto fuerte y es la inteligencia para el arte, la cultura, el humor, y sobre todo un pensamiento avanzado que lo destaca plenamente.
De allí que la visión del candidato presidencial Gustavo Petro ha sido bien asimilado e interiorizado en la comunidad toda, la que convierte este Departamento en un conjunto inmenso de ciudadanas y ciudadanos imbuidos de un fervor dirigido hacia el cambio social que se requiere urgentemente en Colombia.
La venida de un líder inspirador a territorios del sur este 25 de septiembre tiene un significado: por una parte, es el derroche de alegría para millones de colombianos que desean sentir la esperanza de un presente y un futuro mejor, superando dos siglos marcados por la violencia fratricida que ha enlutado la nación. Creer que existe un mañana promisorio influye hasta tal nivel que los índices de salud integral crecen desmoronando las enfermedades que aquejan al ser humano y es un descubrimiento científico fundamental: ser optimista aclara el presente.
«La juventud siente que esta venida estrecha sus manos y marca un porvenir reconociendo su jornada de valentía que marca un principio de la transformación social”.
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Por otra parte, significa dar un espaldarazo a los campesinos e indígenas que hoy están abandonados por los diversos gobiernos mientras sufren de modo inclemente las realidades: alzas inmensurables en los insumos, baja en la venta de sus productos agraviados por las transnacionales, implacables en su agiotismo, despojo territorial con mineras que avanzan para retroceder la vida.
Igualmente, la juventud siente que esta venida estrecha sus manos y marca un porvenir reconociendo su jornada de valentía que marca un principio de la transformación social.
El sábado se unirán miles en una plaza emblemática para cantarle al sol, al agua, al trabajo riguroso, a la educación, al emprendimiento, a las etnias, afrodescendientes, a las madres que reclaman justicia y a la unidad histórica de los pueblos por una nueva etapa del país que recorra los senderos de la Equicracia (igualdad).
Por: Carlos Santa María