Coordinación: Tatiana Santacruz
Frente a la alarmante situación de la violencia contra la mujer, es necesario que las entidades encargadas actúen de manera pertinente y eficaz, dándole celeridad a los procesos, ejecutando las sanciones necesarias y comprometiéndose a combatir el machismo y el sexismo que impera en el departamento, quizá si se realizan estas acciones podamos frenar de alguna manera el aumento de los feminicidios.
Sin embargo, no solamente podemos esperar que otros actúen por nosotros, sino que también desde nuestra cotidianidad, nuestro hogar, nuestro trabajo y cualquier espacio en el que nos movamos podemos empezar a cambiar esas acciones machistas y violentas que imperan en nuestra sociedad.
Se debe trabajar en el tema, ya que necesitamos un verdadero cambio estructural y de pensamiento, debido a que todo radica en la “superioridad” y lo culturalmente aprendido; por ello hay que apostarle al fortalecimiento de los procesos de igualdad y equidad, desde nuestros infantes y jóvenes hasta nuestros mayores; es una tarea compleja, pero no imposible.
¡No más feminicidios! ha sido la bandera de lucha de los movimientos femeninos en los últimos años, esto debido al incremento desorbitante de “asesinatos de mujeres por el hecho de serlo, esta acción es el final de un continuum de violencia y es la manifestación más brutal de una sociedad patriarcal”, así define el feminicidio la ONU Mujeres.
Lo anterior demuestra que se trabaja en ello y es una exigencia, pero necesitamos mucho más, como lo decía anteriormente; no basta con dejar la responsabilidad en otros, o poner excusas como es muy común cuando se es testigo de un maltrato, como: “es que no me meto porque después es para problemas” o “no hago nada porque a los días la mujer ya vuelve con el maltratador”. ¡No!, dejemos de actuar tan tibiamente y mejor tengamos empatía y miremos las realidades a las cuales nos hemos tenido que enfrentar por décadas, donde a la mujer se le ha enseñado a que debe ser sumisa y demás competencias que implican dejar de tener criterio propio y someterse a una subordinación.
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Panorama que entristece y embarga de impotencia y rabia a muchos nariñenses y colombianos, la lucha contra estos asesinatos debe ser el pilar de los gobernantes, la institucionalidad, la escolarización y de todas las entidades de la sociedad, no podemos permitir que se sigan vulnerando nuestros derechos y pase por desapercibido. Y no solamente estoy hablando de los homicidios de mujeres, sino de todas las formas de violencia que vulneran los derechos, entre estas la física, la sexual, psicológica, económica y demás acciones que amenazan, coaccionan y manipulan a dicho grupo poblacional.

